Se trata de un bar-restaurante en el barrio de los Boliches, en la calle Santa Isabel 13. El dueño es un gran conocedor de la pesca y de los peces. Hablando con él parece una enciclopedia viviente. Además es un gran profesional y te atiende con amabilidad.
El día 23 estuve cenando con unos amigos. Comimos muchas cosas, pero no fotografié todas. Os pongo algunas.
Habíamos reservado mesa, así que cuando llegamos ya estaba todo puesto. La mesa es sencilla, pero da una sensación de extrema limpieza.
Detalle de la mesa-.
Pedimos unas cuantas botellas de vino blanco verdejo. Nos pusieron Arribeño de Rueda. Me pareció un vino muy correcto y que maridaba muy bien con todo lo que pedimos.
Vino blanco verdejo. Marca Arribeño.Vino blanco con denominación de origen Rueda.
Rueda es un pueblo de Valladolid, que para las personas de mi edad es muy conocido.
Los vinos de una verdejo, de Rueda, son vinos frescos, acidez media-alta y aromas frutales y herbáceos. Tienen un color amarillo verdoso y un retrogusto ligeramente amargo
En mi humilde opinión maridaba excelentemente con la cena que íbamos a tomar. Todo fueron productos del mar (de los que el dueño es especialista).
Boquerones rebozados fritos.
Acabo de enterarme de la Real Academia Española ha admitido freído como sinónimo aceptable de frito. ¿Le suena a usted bien «boquerones rebozados freídos«. A mi no. Pero yo no soy quien manda.
Puntillitas. (Calamares pequeñitos).
Y también nos trajo varias raciones de lo que yo considero la «joya de la corona» del bar Ulises. El pulpo al estilo gallego.
Ración de pulpo a la gallega.
No soy andaluz y a veces me lío con los nombres que dan a las cosas. No apunté el nombre del siguiente plato. Creo que se llama «huevos de choco», pero no estoy seguro.
¿Huevos de choco?
Probamos muchas más cosas, pero, tal como les he dicho, no saqué fotos. Creo recordar que la razón era que me quedé sin batería. Otro día les pondré más cosas.
Después de pagar, el dueño nos ofreció un «chupito» gratis. Yo pedí un orujo de hierbas.
Suelo ver series de televisión hechas en los países anglosajones y me hace gracia que lo que nosotros llamamos chupito ellos lo llaman «doble». Por ejemplo, un chupito de orujo nuestro tiene más cantidad de un güisqui doble de ellos.
Orujo de hierbas.
Me quedo con la sensación de que no he sido capaz de reflejar la estupenda cena que tuvimos. Sin duda tendré que volver para hacer un reportaje mejor.
En el periodo Cretácico tardío (hace unos 100 millones de años) aparecieron las plantas angiospermas, que desarrollaron frutos carnosos como forma de atraer a los animales y de ese modo ayudar a diseminar sus semillas [1] y [2]. Aquellos frutos tenían azúcares. Cuando maduran demasiado, los frutos «se pasan» y comienzan a pudrirse. En ese momento, las levaduras aprovechan para convertir los azúcares en alcohol. Ocasionalmente, se habían visto animales que al consumir los frutos ya fermentados se emborrachaban y se comportaban de un modo errático. Pero se pensaba que era un accidente. Un reciente artículo en Trends in ecology & evolution sugiere que desde el primer momento hubo animales que aprendieron a utilizar el alcohol en su dieta de modo regular, lo que «nos lleva a reconsiderar el papel ecológico y el impacto evolutivo del etanol en la naturaleza» [2].
En ese artículo se defiende que la idea de que el consumo de alcohol no es una cosa exclusiva de los humanos y de la mosca del vinagre, sino que está ampliamente extendida en la naturaleza. El alcohol proporciona tanto energía como una percepción alterada.
Muchas veces se ha descrito elefantes africanos ebrios debido a haber comido los frutos fermentados del árbol de marula. Incluso se ha hablado de jirafas ebrias por el mismo motivo. En Suecia se ha reportado alces ebrios por haber comido manzanas fermentadas. Hay muchos más animales y casos.
Árbol marula. Foto de Rotational – Trabajo propio. Obtenida gracias a Wikimedia. https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5846903Fruto de marula. Foto de Rotational – Trabajo propio. Dominio público. Obtenida gracias a Wikimedia. https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5846892
A pesar de los relatos que hablan de estos elefantes borrachos, no todos los investigadores lo admiten. Hay un debate entre los científicos sobre si los elefantes pueden emborracharse con los frutos fermentados de marula. Algunos estudios sugieren que los elefantes tendrían que consumir una cantidad extremadamente grande de estos frutos para alcanzar un nivel de intoxicación significativo. Un estudio en particular, publicado en Physiological and Biochemical Zoology, concluyó que los elefantes necesitarían consumir una cantidad de marula mucho mayor de lo que normalmente ingieren para emborracharse [3].
Así que hay dudas de que las historias sobre elefantes borrachos sean ciertas. No obstante, hay una noticia que nos viene de India que es completamente cierta.
Titular de «La Vanguardia».
24 elefantes fueron encontrados durmiendo en el bosque de la región de Kendujhar, en el centro de la India. Aquí no parece haber dudas, pero debemos tener en cuenta que no se trata de que los elefantes comieran los frutos de marula, sino que bebieron de una bebida alcohólica casera, hecha por los humanos y que se llama «mahua». [4].
Imagen que no tiene nada que ver con la realidad. Se trata de una reconstrucción artística de cómo podrían los elefantes haber bebido mahua. En el barril, en sánscrito, pone mahua. Se trata de una imagen realizada con ayuda de l programa de IA llamado Kryta y la ayuda de mi ayudante Vero.
Representación artística de cómo encontraron a los elefantes. No pretende ser realista. Es una imagen realizada con auda de Copilot de Microsoft, con ayuda de mi ayudante Vero.
En Norteamérica son famosos los «pájaros de alas de cera» (Bombilla cedrorum) [5] por las borracheras que suelen coger en otoño y, a veces, en primavera [6].
Bombycilla cedrorum. Foto de Ken Thomas – KenThomas.us(personal website of photographer), Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1725402
No solamente son los «pájaros de alas de cera» también se han descrito otras aves que se emborrachan de vez en cuando, como, por ejemplo, mirlos, zorzales y petirrojos.
En la mayoría de los casos, se piensa que es debido al azar. Las aves lo que buscan es comida, y como está fermentada toman alcohol, pero se han descubierto aves que buscan intencionadamente las frutas con alcohol, son algunas especies que han desarrollado adaptaciones para metabolizar el alcohol y pueden consumirlo deliberadamente.
Hace unos veinte años surgió la llamada «hipótesis del mono borracho» que viene a decir que la costumbre humana de consumir alcohol procede de los primates frugívoros [2].
Se ha constatado muchas veces que los «monos verdes» (Chlorocebus aethiops) introducidos en St. Kitts en el siglo XVI tienen la costumbre de beberse los cócteles con alcohol dejados por los turistas [2].
Mono bebiendo un cóctel. Imagen que no tiene nada que ver con la realidad. Se trata de una reconstrucción artística que cómo podrían los monos haber bebido un cóctel. Todo irreal. Se trata de una imagen realizada con ayuda del programa de IA llamado Kryta y la ayuda de mi ayudante Vero.
Aunque no comen frutas, los delfines de dientes quebrados consumen la toxina del famoso pez globo, llamada tetrodoxina, que les causa un comportamiento extraño, similar a la borrachera, que les hace nadar lentamente [7].
Las abejas tampoco consumen frutos carnosos, pero sí que consumen néctar y, a veces, está fermentado por lo que se comportan de modos erráticos y extraños.
El resumen (abstract) del artículo en cuestión [2] nos dice:
Cada vez hay más pruebas de que el etanol se encuentra con suficiente frecuencia en el mundo natural como para favorecer los mecanismos que permiten su uso en múltiples linajes animales.
Desde el período Cretácico, las frutas carnosas han proporcionado un recurso rico en azúcar para las levaduras fermentativas y la producción de etanol natural. Como tal, es probable que la inclusión de etanol en las dietas animales sea igual de antigua.
La ingesta moderada de etanol se asocia con beneficios nutricionales, medicinales y cognitivos, pero muchos de estos siguen siendo poco estudiados para las especies no humanas en contextos naturales.
Esto desafía la creencia actual de que los humanos modernos son los únicos vertebrados que consumen etanol de manera regular y única y nos lleva a reconsiderar el papel ecológico y el impacto evolutivo del etanol en la naturaleza.
[2] Bowland, Ann C; Melin, Amanda D.; Hosken, David J.; et al. The evolutionary ecology of ethanol. Publicado online, en Trends in ecology & evolution,el día 30 de octubre de 2024.
[4] Elcacho, Joachim. 24 elefantes se quedan dormidos durante horas en la India tras emborracharse con licor casero. La vanguardia del 30 de noviembre de 2022.
[7] Okdiario-redacción. Los animales más borrachos del mundo. Okdiario. 9 de abril 2019. https://okdiario.com/curiosidades/animales-mas-borrachos-del-mundo-790343
Nota sobre fotos
Las fotos que se han utilizado, han sido realizadas por Félix Ares y Álvaro Ares y las licenciamos como Creative Commons. Attribution 4.0. International CC by 4.0. Puede usarlas, pero deben dar crédito a los autores y que se han sacado de la página https://felix.ares.fm
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