Miércoles 1 de junio de 2016
Hicimos el viaje desde Teruel hasta el hotel GC Ciudad Encantada, a la entrada de la Ciudad Encantada, en la población de Valdecabras de la provincia de Cuenca.
Tan solo son 137 km, por una carretera bastante interesante.
UÑA, Serranía de Cuenca
Hicimos una parada en la población de Uña. Fue una parada muy breve tan solo para tomar una bebida. Uña es un bonito pueblo de la Serranía de Cuenca, que tiene una hermosa laguna, aunque nada de eso se ve desde la carretera. Aunque, en Valdecabras hay un mirador para pder ver el pueblo y la laguna de Uña. Lo veremos en su momento. De momento solamente una foto.
Paramos en un bar y fonda que lleva el nombre de «La Laguna».
El establecimiento tiene una terraza en el exterior.
Pedimos la bebida y con ella nos pusieron unos frutos secos.
Nosotros tras tomarnos esa bebida nos fuimos. Pero, como sabíamos donde íbamos a comer y estábamos bastante cerca del hotel en el que nos íbamos a alojar, nos fijamos en que tenían un menú del día por 11 € –incluyendo bebida, postre e iva–, y que también tenían una carta con platos típicos de la zona.
Nos pareció interesante, aunque después no volvimos.
UBICACIÓN
C/ Extramuros s/n
UÑA, Cuenca
HOTEL GC CIUDAD ENCANTADA
Contratamos el hotel por internet. Nuestra única condición fue que estuviera cerca de la Ciudad Encantada. Y resultó que lo estaba, está en la puerta de entrada a dicho lugar. Llegamos con maletas bastante grandes y nos encontramos con la sorpresa de que nuestra habitación estaba en la planta primera y que no había ascensor.Se lo comenté al recepcionista y con toda amabilidad nos subió las maletas y nos dijo que cuando quisiéramos bajarlas que se lo dijéramos y lo haría,
El hotel resultó muy agradable., probablemente porque casi no había clientes.
Al subir hacia la habitación nos encontramos con esta pizarra:
Sobre todo me quedé con las judías pintas con chorizo y oreja por 4,50 €.Como veremos más delante esa fue mi cena.
También había estas excelentes sugerencias de la casa:
También vimos que había unos buenos menús de día con varios precios:
Subimos a nuestra habitación, que resultó se amplia, con una terracita desde la que veíamos el parking y la entrada a la Ciudad Encantada.
Intentamos entrar a la Ciudad Encantada pero era tarde, estaban a punto de cerrar; así que decidimos hacer una visita a los alrededores.
Nuestra primera visita fue al mirador de Uña.
MIRADOR DE UÑA
El mirador está a 2,5 km de nuestro hotel.
Hace unos días ví en televisión la reposición de la película «El último mohicano«, basado en la obra de Fenimore Cooper. y del director: Harald Reinl. Lo primero que me llamó la atención es que las escenas iniciales se desarrollan en La Ciudad Encantada; pero si no me equivoco otras muchas escenas fueron tomadas aquí. Exactamente aquí.
La «herida» dejada en la piedra por el río Júcar es impresionante.
En el viaje desde el hotel hasta el mirador vimos muchísimas flores de este tipo:
No tenemos ni idea de qué flores son. Quedaríamos muy agradecidos de que nos dieran el nombre. Aunque una búsqueda en Duckduckgo nos suministra que hay una flor que se parece mucho que se llama Gamón común (Asphodelus aestivus). ¿Es así? Se llame como se llame nos ha parecido muy bonita y nos ha sorprendido la abundancia en ese corto camino de kilómetro y medio.
Cuando decimos abundancia, queremos decir esto:
Acabada esta visita decidimos ir al:
VENTANO DEL DIABLO
El ventano del diablo está a 11 kilómetros de nuestro hotel.
El «Ventano» es un mirador natural que nos permite ver el río Júcar al fondo, en las profundidades.
La primera vez que estuvimos aquí nos trajo nuestro buen amigo G. Cacharrón. Aquello ocurrió hace más de cuarenta años. Si la primera vez nos impresionó, hoy también.
En el corto camino desde la carretera al Ventano hemos visto muchas y muy bonitos flores. Nuestra ignorancia de botánica nos impide saber sus nombres, aunque lo intentamos. Casi con seguridad que nos equivocaremos.
Y vimos unas espigas silvestres, con grano, pero no nos atrevemos a decir su nombre:
VUELTA AL HOTEL Y CENA
Entramos en el comedor del primer piso, y allí,el Sol ya muy bajo en el horizonte producía unas sombras alargadas.
De la cena el el hotel queremos destacar el magnífico precio y la atención. Tanto el camarero como el cocinero fueron amabílisimos y estuvimos un largo raro hablando con ellos. Viajar así, sin gente, y que nos atiendan con amabilidad es un placer de dioses.
+ * +
Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
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