El día 23 de abril fuimos de excursión al pueblo de Piñar en Granada. Mientras esperábamos el tren turístico para ir a la Cueva de las Ventanas, tomamos un aperitivo en un bar que está al lado: bar Cuenca.
Pedimos un vermut y un vino tinto.
Aunque nosotros solo pedimos la bebida, incluido en el precio, estaba una tapa. Parece ser que la excelente costumbre de incluir una tapita con las bebidas no únicamente es de Granada capital, sino de toda la provincia. Esperemos que siga así a pesar de los rumores que han corrido de que el gobierno se lo quiere cargar. ¿Será posible que el gobierno se meta con las tapas?
Callos a la andaluza.
Como tapa nos pusieron dos cazuelitas de callos a la andaluza (con garbanzos). Tengo que reconocer que prefiero los callos a la madrileña, pero estos estaban muy buenos.
Nota sobre organizador: Nosotros fuimos desde Fuengirola en un viaje organizado por Elisa, de los Boliches. El viaje resultó muy agradable.
Nota sobre fotos
Las fotos que se han utilizado, han sido realizadas por Félix Ares y Álvaro Ares y las licenciamos como Creative Commons . Attribution 4.0. International CC by 4.0. Puede usarlas, pero deben dar crédito a los autores y que se han sacado de la página https://felix.ares.fm
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Según la tradición, el día 28 de diciembre fue el día en el que el rey Herodes mandó ejecutar a todos los niños menores de dos años. Y lo celebramos con bromas y chanzas.
Para mí, que no soy un experto en folclore, me resulta sumamente extraño, que una barbaridad como la de matar a cientos de niños inocentes se celebre con chistes, mofas, y muñequitos de papel en la espalda. (En Francia los muñequitos se sustituyen por peces, es el poisson d’avril).
La paradoja me intrigaba y me he puesto a indagar sobre el origen de la misma, y he encontrado cosas bastante interesantes que quiero compartir con ustedes.
Orígenes de la costumbre
Nadie sabe con seguridad cuál es el origen de esta costumbre, pero, como veremos, no es descabellado pensar que se trata de una deformación de la celebración del «obispillo«. Esta fiesta se celebraba en las iglesias y catedrales del norte de España. El día 6 de diciembre, fiesta de san Nicolás de Bari, patrón de los niños, se elegía a un niño, muchas veces un monaguillo, para que hiciera de obispo. Todos le obedecía, o al menos fingían hacerlo, pero su mandato no estaba libre de mofas y de bromas. Su mandato terminaba el día 28 de diciembre, cuando las bromas aumentaban y cobraban su punto culminante.
El obispo real, dimitía y cedía sus poderes al «obispillo». Tras el 28 de diciembre, el obispo real, recobraba su poder.
Poco a poco, la idea de un «obispillo», nombrado el 6 de diciembre, cuyo mandato acababa en una gran fiesta el 28 de diciembre, fue olvidándose y tan solo quedó el recuerdo de las bromas y chanzas del último día. Y así surgió la fiesta de «los inocentes», que, sin duda, recuerda a las «novatadas» en los ritos de acceso a los colegios universitarios. Y, también, recuerda al carnaval.
Quizá hoy sea difícil de entender, pero debemos adentrarnos en la sociedad medieval para vislumbrar su significado. Hoy, las iglesias son sitios sumamente serios, donde se va a rezar y ponerse en contacto con dios. En la edad media eran lugares de reunión social. Allí no solo se celebraban ritos religiosos, también se celebraban fiestas, se discutían problemas, se buscaban soluciones, se determinaba el porvenir del pueblo –¿hacemos un puente o no?–, y era el lugar de citas, donde los mozos veían a las mozas…, etc. A mí, el aspecto social me recuerda enormemente al papel de las asambleas populares en el ayuntamiento, o bajo el árbol más viejo del pueblo.
Casi con seguridad, aunque no tengo referencias bibliográficas de ello, el pasar un año bajo la opresión de los señores (del señor feudal, del cura, del obispo, etc.) no era fácil de soportar. Tener unos días al año de liberación era una válvula de escape. Creo que el clero era consciente de ello y, por lo mismo, unos días al año permitían trastocar las jerarquías. El monaguillo pasaba a ser obispo y el obispo debía «obedecerle». Todo ello vestido con un toque humorístico que quitaba hierro al tema.
La siguiente pregunta que me hice fue: ¿Y de dónde surge la ideal del «obispillo»? ¿Es autónoma, surge en la edad media, o tiene precedentes?
De Desconocido – fullhomelydivinity.org, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6709993
El «obispillo» hunde sus raíces en las Saturnalia romana.
Siempre he tenido la idea –que hoy creo falsa– de que el cristianismo fue una ruptura total con el paganismo; pero, poco a poco, me he dado cuenta de que no era así. En el imperio romano, una fiesta sumamente importante era la del nacimiento del «Sol invictus«, que celebraba el solsticio de invierno, que coincidía, con nuestra fiesta de Navidad.
La Navidad sustituyó a la fiesta del «Sol invictus» en el año 336, siendo emperador Constantino. Poco a poco, la gente fue olvidándose de la fiesta solar y celebrando el nacimiento de Jesucristo. Fue una de las muchas sustituciones que hizo el cristianismo para convertir en cristianas las antiguas fiestas paganas. Es bien conocido que muchas fiestas paganas eran sustituidas («sincretizadas») por fiestas cristianas, incluyendo multitud de vírgenes.
El solsticio de invierno es una época triste. Los días se han ido acortando. La luz parece que va a morir. Pero cuando el sol parece derrotado, cuando parece que el frío, la muerte y la desolación van a adueñarse del mundo, de repente, los días se alargan, el sol parece renacer… Renacer…. ¡Hay que celebrarlo! ¡Celebremos el renacimiento del sol!
Eso eran las fiestas romanas llamadas Saturnales. Fiestas en honor a Saturno, el dios de la agricultura.
Estas fiestas pasaron por muchas transformaciones. Empezaron celebrándose entre el 17 y el 23 de diciembre. En Wikipedia, consultada el 28 de diciembre de 2020, en el apartado Saturnales, encontramos este párrafo:
Eran siete días de bulliciosas diversiones, orgías, banquetes e intercambio de regalos. Las fiestas comenzaban con un sacrificio en el templo de Saturno (en principio el dios más importante para los romanos hasta Júpiter), al pie de la colina del Capitolio, la zona más sagrada de Roma, seguido de un banquete público al que estaba invitado todo el mundo. Los romanos asociaban a Saturno, dios agrícola protector de sembrados y garante de cosechas con el dios prehelénico Crono, que estuvo en activo durante la mítica edad de oro de la tierra, cuando los hombres vivían felices, sin separaciones sociales. Durante las Saturnales, los esclavos eran frecuentemente liberados de sus obligaciones y sus papeles, en algunos casos, cambiados con los de sus dueños.
Fijémonos en el último párrafo: el intercambio de papeles entre esclavos y dueños. Esto recuerda enormemente al intercambio de papeles entre monaguillos y las jerarquías del clero. Todo parece indicar que fue el recuerdo de las Saturnales, lo que se celebra con «el obispillo». De esta opinión son los historiadores Miguel Ángel Ladero Quesada y Julio Caro Baroja, como puede verse en Wikipedia, consultada el 28 de diciembre de 2020, en la entrada «Fiesta del obispillo«.
Pero todavía podemos ir más atrás en la historia. Como muy bien sabemos, los romanos copiaron de los griegos. El dios Saturno romano es equivalente al Cronos griego.
Los griegos celebran unas fiestas llamadas Kronia, de las que hablo a continuación:
Kronia
Kronia era un festival ateniense que se celebraba en el día duodécimo del mes «Hekatombaion», primer mes del calendario ático. Eran fiestas muy parecidas a las saturnales romanas, aunque se celebraban en un mes distinto. No era en el solsticio de invierno, sino entre julio y agosto.
Los más interesante para el propósito que nos ocupa en este momento, lo podemos ver el el apartado «Kronia«, de la Wikipedia en inglés, consultado el 28 de diciembre. Cuya traducción dice más o menos esto:
La Kronia fue un momento para que las restricciones sociales se olvidaran temporalmente. Los esclavos eran liberados de sus deberes y participaban en las festividades junto con los dueños de esclavos. A los esclavos se les “permitía correr desenfrenadamente por la ciudad, gritando y haciendo ruido”. Por lo general, se considera como una celebración de la cosecha. Aparte de la Kronia, solo hay evidencia limitada de devoción religiosa a Cronos.
(Wikipedia, entrada Kronia)
Probablemente, estas celebraciones de fin/principio de año, fueran inspiradas por el imperio Babilónico. Eran celebraciones dedicadas al dios Marduk, y durante una semana, dejaban de trabajar, para acudir al festival que consistía básicamente en un desfile de dioses. (https://www.taringa.net/+info/la-fiesta-de-ano-nuevo-en-babilonia_135oid). Se trataba de celebrar unas fiestas, nada dice de invertir el orden social, pero sin duda son un antecedente.
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