Viernes 19 de junio de 2015
Salimos de Yunquera con destino a otro de los pueblos de la Sierra de las Nieves: Alozaina. El camino es corto, unos veinte minutos.
Al mirar en internet, vemos que los dos monumentos más fotografiados de Alozaina son la puerta de arcos y la iglesia parroquial. Las pondremos, pero vayamos paso a paso.
Llegamos por la tarde, con un sol de justicia. Paramos cerca de la puerta de arco, que se conoce con el nombre de !arco de Alozaina». Un pequeño paseo, nos llevó hasta dicho arco:
Vemos la sede del Partido Comunista. Es curioso, hacía mucho tiempo que no veía algo igual. Sí que veía IU y, por supuesto otros partidos, pero hacía mucho tiempo que no veía una sede del PC como tal.
Me llaman la atención los preciosos letreros que nos dicen el nombre de las calles.
Hay un establecimiento cuyo nombre me llama la atención: Gordito electricidad, Fatty’s electric. Así se hace. Gordito, sin complejos.
Una veleta curiosa:
El portal del edificio donde3 está la veleta tiene unos azulejos interesantes, parecen representar monumentos típicos de diversas ciudades españolas.
Subimos hacia la iglesia parroquial de Santa Ana. Las escaleras, con ese sol solsticial asusta un poco. El edificio del fondo es la Hermandad Veracruz de Jorox. Casa inaugurada en abril de 1995.
Como se pùede ver, la iglesia está construida en el punto más alto. Una vez que llegamos hasta la Hermandad vemos otra calle y otra puerta que conducen al mismo sitio:
En esta puerta se ve muy bien el escudo de la población.
En el escudo vemos una torre encima de la cual hay una mujer que arroja dos nidos de abejas a guerreros moros. El escudo narra la proeza de la heroína local: María Sagrario Domínguez. En un momento en que en el pueblo no había ningún hombre, fue atacado por «moros». Uno de ellos ya había puesto la escalera y estaba subiendo. María Sgrario llegó corriendo y lo único que había allí eran varias colmenas. Una de ellas la arrojó contra el moro que subía por la escalera y le dio. Cogió otras dos y las arrojó a los guerreros que estaban en tierra. No les dio, pero las abejas salieron y les atacaron. Así logro vencer la batalla.
En la wikipedia podemos leer: «El autor añade que fueron unos 600 moriscos y que ella sola los expulsó. La tradición popular añade que los moros iban diciendo al ritmo de las picaduras de las abejas, que además con el calor del verano tenían el veneno más dispuesto a salir: “María, cómo pican las moscas de tu terra”».
Y no podían faltar las casas con sus flores.
Ya estamos retornando al autobús.
La puerta de tres arcos, ahora vista por el lado de la sombra nos indica que estamos llegando.
Nuestra próxima y última etapa será. Casarabonela.
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Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
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