7 de diciembre de 2024
El día 6 de diciembre iniciamos un viaje de cuatro días, organizado por Juan Alcaraz. El centro de nuestras actividades estaba en un hotel de Vera. Desde allí vimos muchas cosas muy interesantes. Iré contándolas poco a poco. En esta entrada hablaré de la visita que hicimos a Cartagena el segundo día.
En el mapa, la primera población, al norte de Vera, que se menciona es Palomares. Para los jóvenes, probablemente ese nombre no le diga nada, pero para los mayores, ese nombre nos recuerda muchas cosas. Entre otras ver al entonces ministro Fraga Iribarne [1] bañándose en la playa de Palomares. La razón era demostrar que aquellas aguas eran seguras para el baño, a pesar de que en ellas había caído cuatro bombas atómicas. Quiero decir que las bombas atómicas habían caído del avión estadounidense que las transportaba, no que hubieran explosionado, que no lo hicieron. Los datos sobre el accidente pueden verlos en la cita [2].
El amanecer, ese nuestra habitación, fue precioso.
Desde nuestra habitación veíamos las piscinas.
Al lado de las piscinas, el hotel dispone de una sala de juegos, con futbolín y billar.
Montamos en el autobús y salimos hacia Cartagena. Poco tiempo después pudimos ver el «Cerro del Espíritu Santo» en Vera [3]. En su cima hay una ermita del siglo XIX.
Al llegar a la población de Águilas, a mitad de camino, entre Vera y Cartagena, empezamos a ver un «mar de invernaderos». Ya saben ustedes que este «mar» es la única obra humana que se ve, sin instrumentos, desde el espacio. Muchas veces se ha dicho que la obra humana que se veía desde el espacio era la Gran Muralla China, pero no es cierto Desde el espacio no se ven si la Gran Muralla, ni las pirámides, ni… La única que se ve son los invernaderos de Almería [4].
Aquí, en Águilas, teníamos una muestra de ese inmenso «mar de plástico», aunque no era de Almería, sino de Murcia, pero en la frontera. Águilas hace frontera con Almería.
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Nuestro autobús nos dejó muy cerca de donde para el autobús rojo (el bus turístico), pero no nos convenció, preferimos alquilar un taxi. El taxista fue muy amable y nos llevó a todas partes, muy bien. Le doy las gracias.
Aunque no lo cogimos, guardé la foto como referencia, pues aquí nos recogería el autobús.
Y aquí comenzamos nuestra visita a esta ciudad sumamente interesante. Aquí he estado varias veces. En dos ocasiones he estado dando conferencias, pero no tengo fotos de esas visitas.
Su historia es larga y apasionante. Fue fundada por el cartaginés Asdrúbal el bello, sobre un asentamiento ibérico o tartésico. El apogeo de la ciudad fue con Roma, donde recibio el nombre de Carthago Nova. En el nombre romano se empieza a ver el nombre actual. De Carthago a Cartagena, hay diferencia, pero la raíz es la misma. Posteriormente, con el imperio Bizantino, recibió el nombre de Carthago Spartaria… Pueden ver la interesante historia en [5]
La primera parada que hizo el taxi fue en el museo naval, donde la sala más importante, probablemente sea la del submarino Isaac Peral, que fue el primero en usar propulsión eléctrica.
Hay unas escaleras que nos permiten subir y ver el submarino desde arriba. Allí podemos ver la escotilla.
El submarino de Isaac Peral estaba equipado con tubos lanzatorpedos. Fue uno de los primeros diseños que incorporaban esta novedad, que fue un avance significativo en la tecnología de la época.
En el museo no solo hay cosas del submarino de Peral. Hay ,muchas más cosas. Veamos algunas.
Me ha intrigado muchísimo un conjunto de giróscopos de torpedos. No lo tenían los torpedos de Peral, pues fueron inventados algunos años más tarde. Pero los giróscopos siempre me han fascinado. Esa capacidad que tienen para mantener un rumbo sin necesidad de brújula es extraordinaria. De hecho, gané un premio a un vídeo científico en Bruselas gracias al que hice sobre giróscopos.
Me sorprendió ver, en el museo, giróscopos de torpedos.
No todo en el museo naval tiene que ver con los submarinos, también hay una excelente colección de maquetas de barcos veleros. Sin ánimo de ser exhaustivo voy a mostrar algunas de ellas.
El que las maquetas estén dentro de vitrinas de cristal hace que en las fotos es casi imposible quitar los reflejos. Podría haberlos quitado llevando una lente polarizadora, pero no quise cargar con mi equipo fotográfico, tan solo llevé un teléfono normal, de gama media. ¡Les pido perdón por la calidad!
Los barcos de vela han sido otras de las cosas que siempre me han maravillado. Todos entendemos que si el viento sopla de popa, el barco puede ir muy deprisa, pero eso es lo fácil. Lo técnicamente difícil es, por ejemplo, hacer que el barco aproveche el viento en una dirección para ir en la contraria. Por ejemplo, el viento es de norte a sur y el barco va de sur a norte. Eso siempre me ha parecido fantástico. Y es eso lo que justifica todas esas diferentes velas, con distintos tamaños y formas.
Lo más grave para los marinos, no era que soplase el viento en sentido contrario al que querían ir, eso, con ciertos trucos, podía superarse, irían más despacio pero avanzaría. El grave problema era cuando no había viento.
En los viajes a América, los marinos españoles temían el paralelo 30. Debido a la aceleración de coriolis y las llamadas células de Hadley [6], en ese paralelo se producían muchos días de «calma chicha». No soplaba el viento. Los barcos se paraban. Se acababan los alimentos y los marineros tenían que recurrir a comer los caballos a bordo. Por eso, al paralelo 30 se le suele llamar «el paralelo de los caballos muertos«. De este apasionante tema, he dado algunas conferencias y he hecho algunos programas de planetario con este tema.
Todos los españoles sabemos que fue la expedición iniciada por Magallanes y terminada por Juan Sebastián El Cano, fue la primera en dar la vuelta al mundo. Eso lo sabemos nosotros, pero si lo dices en Estados Unidos te dirán que es fantasía patriótica, que el primero en dar la vuelta al mundo fue Magallanes. Lo malo, es que Magallanes murió en la isla de Mactán, en las Filipinas. No llegó a dar la vuelta al mundo, aunque todo es discutible. Hace años que escribí un artículo sobre el tema. Pueden verlo aquí [7].
Juan Sebastián El Cano (tenía el pelo blanco desde joven: el cano). Llegó a las Filipinas y no pudo volver a América. Los vientos no se lo permitían. Hubo muchos intentos de ir desde América a Filipinas y volver, pero no lo lograron. Los vientos iban al revés. Fue su ayudante, Andrés de Urdaneta, el que logró descubrir la ruta para volver. Lo que se llamaba «la tornavolta». Para lograrlo se pasó once años en las Filipinas, hablando con los capitanes chinos y lanzando corchos para descubrir cuáles eran las corrientes dominantes… Así descubrió para occidente la corriente de Kuro Shivo [8]. En su día di varias conferencias sobre este tema. Me temo que me estoy enrollando. Vayamos al grano. Una vez que Urdaneta logró la forma de volver desde Filipinas a América, se constituyó una ruta que iba de América a Filipinas y viceversa. Esa ruta la hacía el «galeón de Manila». La corriente de Kuro Shivo (literalmente en japonés corriente negra, pues se caracteriza porque sus aguas son de un azul oscuro) va desde las Filipinas hacia Japón. Esa corriente permitía a los barcos ir hacia el norte hasta los paralelos 30 a 39, donde los vientos soplaban en dirección este (hacia América).
En el museo hay una maqueta de dicho galeón.
Entre las maquetas las hay de muchos países. Por ejemplo, el Norske Love de Dinamarca.
Y muchas más maquetas. Todas excelentes.
Mi problema era que iba con otras personas, que el taxista tenía el taxímetro y que no podía obligar a los demás a esperar por mis «vicios».
En mi opinión, ese museo merece bastantes horas, pero no disponía de ellas. Me monté en el taxi y continuamos viaje.
Antes de montar pude ver cañones marítimos:
El taxista (que era quien decidía, pues así se lo habíamos pedido) nos llevó al Arsenal.
Cerca del Arsenal había una fuente, por desgracia, cuando pasó el taxi, no soltaba mucha agua.
Cartagena tiene una magnífica universidad politécnica. Ni que decir tiene que los estudios navales son importantes en esa universidad, pero no solo de barcos vive el hombre, digo la uni.
En la Plaza de España hay una rotonda con una rotonda con unas barras verticales que no sé muy bien cómo definir.
Era diciembre. Ya había adornos de Navidad.
Sinceramente, el muñeco de nieve no me parece una maravilla, pero estoy tan harto de conos con lucecitas simulando un abeto, que prefiero este muñeco de nieve.
El que mandaba era el taxista, pues çel era el que conocía el terreno. Nos llevó por la calle del parque y me gustó un pasadizo, con arcos:
En uno de esos arcos hay una cafetería-restaurante llamada «Casa Tomás». La pinta que tiene es estupenda, aunque no hay que decir que desde el taxi no pudimos tomar nada.
La siguiente parada fue en la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad y aquí el taxista nos paró y nos dejó tiempo para ver el templo.
Se trata de un templo neoclásico. SE empezó a construir en el siglo XVIII aunque no se terminó hasta el XIX. Es una iglesia relativamente moderna.
Debemos recordar que estábamos en diciembre. Cerca de los días de la Navidad. Por eso, nada más entrar nos encontramos con un Belén:
Como muy bien saben ustedes, se llama basílica a un edificio con tres naves. Una central y dos laterales.
En la basílica hay cuadros sumamente interesantes, pero la poca luz y los brillos hacen que las fotos que he sacado sean muy malas, por lo que prefiero no ponerlas. Lo que sí me atrevo a decir es que merece la pena ir a esa basílica para verlas.
Salimos de la iglesia y volvimos al taxí. Al pasar por un edificio que se salía de lo corriente. El yaxista nos dijo que era la sede de la Asamblea de Murcia. La verdad es que el edificio es interesante.
Me resulta curioso que la Asamblea de Murcia tenga su sede en Cartagena y no en Murcia. Pero me parece bien. El arquitecto de este edificio es Rafel Braquehais [9]. No sé nada de arquitectura, pero el edificio me gusta. No sé por qué me recuerda a Gaudí.
Nuestro viaje nos llevó a la rotonda del submarino, en la que hay una copia del submarino de Isaac Peral y uno de esos grandes letreros donde se dice en qué ciudad estás, en nuestro caso Cartagena.
Seguimos viaje. Delante del supermercado Lidl me encontré con otro cono navieño. La verdad es que tanto cono simulando abeto ya me ha hartado, me aburre.
La primera vez que lo vi, uno de esos conos me parecieron atractivos, pero ahora, la reiteración y la falta de imaginación que nos muestran me aburren. ¡Un cono no es un árbol!
Nuestro amigo taxista nos hizo pasar por la estación del tren, donde me he bajdao varias veces.
Me gusta. La estación me parece bonita y tiene el indudable estilo de una estación de ferrocarril. Hoy con coches y aviones no es fácil darnos cuenta de lo que representó el ferrocarril en la historia de la humanidad. Pero eso es otro tema. Lo retomaré algún día.
Pasamos muy deprisa por la Plaza de la Isla, donde una fuente mostraba sus chorros. Más que chorros una nube de agua.
En nuestro camino hacia el puerto de Cartagena pudimos ver esta enorme grúa. Desde el interior del taxi no pude sacar toda la estructura, pero sin duda, espero que ustedes vean, que es enorme.
Pasamos por una zona de la carretera que nos permite ver muy bien la bahía de Cartagena.
Un poco más adelante, dentro del puerto de Cartagena, vemos una gran chimenea.
Me pregunto qué es esa chimenea y encuentro una respuesta magnífica de Juan Ignacio Ferrández García, escrita el 19 de junio de 2016 y que reproduzco [10].
Buenos días, esta mañana os dejo con el artículo que escribí en el año 2016 sobre la chimenea de Peñarroya, un elemento que forma parte del paisaje de nuestro puerto y cuya historia tenía que ser contada, la fotografía es de mi buen amigo José Antonio Rodríguez Martín, el gran JARM de la fotografía cartagenera, comparte recuerdos y por favor mucha precaución.
LA CHIMENEA DE PEÑARROYA Para quien esto escribe la chimenea de Peñarroya siempre ha formado parte del paisaje de nuestro puerto, hasta el punto de que se hace difícil concebir la imagen de este último sin la presencia imponente de la primera. La intención de estas líneas no es otra que dar a conocer la historia de la misma y algunos datos que espero resulten interesantes para el lector. Para ello viajamos a los años setenta del siglo pasado y nos encontramos con una Cartagena en la que la contaminación azotaba fuertemente a la población. Eran varias las empresas que la provocaban, se hacía más que necesario intentar paliar el problema y para ello surgió el llamado Plan de Saneamiento Atmosférico que constaba de varias fases.
Una de estas fases incluía la construcción de una nueva chimenea para la fundición de plomo que la compañía Peñarroya poseía en nuestra ciudad. La empresa contaba entonces con una vieja chimenea de apenas veinte metros de altura y la idea era levantar una que la sustituyera alcanzando los cien metros. Si tenemos en cuenta que el Cabezo de San Pedro sobre el que se alzaba la vetusta estructura estaba a 150 metros sobre el nivel del mar, con la nueva los humos y gases saldrían a 250 metros. El mes de julio de 1978 en una entrevista el director de la empresa Mario González anunciaba la presentación inmediata del proyecto a la Delegación de Industria y al Ayuntamiento. La autoría del mismo correspondió al doctor ingeniero de Minas José Luis Rebollo, persona experimentada en construcciones de este tipo. Finalmente la obra salió a contratación en diciembre de 1980 estimándose un plazo de ejecución aproximado de seis meses.
La parte de chimenea que vemos es realmente un armazón o carcasa de hormigón armado que tiene ocho metros de diámetro en su base y seis en el extremo, y en su interior se encuentra oculta la verdadera chimenea de tres metros de diámetro hecha con ladrillos refractarios. Entre ellas se dejó una cámara de aire ventilado de dimensión variable que permitió instalar una escalera interior para inspección del conducto cerámico. Las bandas de colores, dos rojas y una blanca que se aprecian en el exterior en la parte superior, miden cinco metros de ancho y formaban parte del balizamiento diurno obligatorio según la normativa de Aviación Civil. La pintura utilizada para estas bandas y una negra de mayor anchura que se encuentra sobre ellas resistía altas temperaturas, ataques de humos, ácidos y la acción de los rayos solares. Originalmente estaba dotada de balizamiento nocturno con cuatro puntos dobles de luz regulados por reloj o célula fotoeléctrica y por supuesto no faltaba el necesario pararrayos.
Semejante obra de ingeniería llevó aparejado un gran coste económico, un millón de pesetas de la época o seis mil euros actuales costó cada metro de chimenea por lo que estaríamos ante “la chimenea de los cien millones de pesetas”. Todo un potosí para un elemento que apenas estuvo funcionando una década pues Peñarroya acabaría liquidada a finales de los años ochenta. Esta es la historia a grandes rasgos de la chimenea, auténtico icono de nuestro puerto, muestra del patrimonio industrial derivado de las minas y con la que se intentó al menos disminuir el impacto de la contaminación que tanto daño hizo a nuestra ciudad.
Me ha resultado muy interesante saber que la chimenea era de una fundición de plomo.
Nuestro taxista continúo el viaje por la bahía de Cartagena:
A través de la ventanilla del taxi pude ver la bahái de Cartagena, con algunos de sus mini-islotes:
Al llegar al puerto, al muelle de «La Curra» nos encontramos con un mural enorme, de muchos metros de longitus.
Seguimos nuestro viaje. a mi izquierda pude ver un ascensor al aire libre. Resultó ser el ascensor para un mnirador desde el que contemplar la Bahia de Cartagena.
Continuamos camino y llegamos al auditorio de «Paco Martín». Como su nombre indica es un auditorio para distintos actos culturales, pero para el turista (como nosotros) tiene una cosa muy interesante: hay toiletes muy limpias y gratis.
Notas
[1] Wikipedia en inglés. Entrada: Manuel Fraga. https://en.wikipedia.org/wiki/Manuel_Fraga [Consultado el 29 de enero de 2025]
[2] Wikipedia. Entrada: Incidente de Palomares. https://es.wikipedia.org/wiki/Incidente_de_Palomares [Consultado el 29 de enero de 2025]
[3] Wikipedia. Entrada: Cerro del Espíritu Santo (Vera). https://es.wikipedia.org/wiki/Cerro_del_Esp%C3%ADritu_Santo_(Vera) [Consultado el 29 de enero de 2025]
[4] Aire Digital. Aire de Santa Fe. Esta es la única construcción humana que se ve desde el espacio. 15 de abril de 2024. https://www.airedesantafe.com.ar/ciencia/esta-es-la-unica-construccion-humana-que-se-ve-el-espacio-n581818
[5] Wikipedia. Entrada: Cartagena (España). https://es.wikipedia.org/wiki/Cartagena_(Espa%C3%B1a) [Consultado el 29 de enero de 2025]
[6] Wikipedia. Entrada: Célula de Hadley. https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9lula_de_Hadley [Consultado el 29 de enero de 2015]
[7] Ciencia15.blogalia.com. Entrada:
¿Quién fue el primero en dar la vuelta al mundo? |
https://ciencia15.blogalia.com/historias/78906
[8] Wikipedia. Entrada: Corriente de Kuroshio. https://es.wikipedia.org/wiki/Corriente_de_Kuroshio [Consultado 30 de enero de 2025]
[9] Guardia, Carmen. Braquehais, el arquitecto humanista orgulloso del edificio que firmó, pero evitó construir. Ayuntamiento de Cartagena. Murcia Plaza. Publicado el 10 de dciembre de 2024. Braquehais, el arquitecto humanista orgulloso del edificio que firmó, pero evitó construir | Murcia Plaza
[10] Fernández Gracia, Juan Ignacio. La chimenea de Peñarroya. La Opinión de Murcia del 16 de junio de 2016. https://www.laopiniondemurcia.es/cartagena/2016/06/19/chimenea-penarroya-32036904.html
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