Casablanca, 19 de septiembre de 2011
En el post anterior les comentábamos que el siguiente sería desde Casablanca. Así es. Esto lo estamos ecribiendo desde un lugar muy cerca de la mezquita de Hassan II, aunque vamos a hablar de Fuengirola.
Casablanca, 19 de septiembre de 2011
En el post anterior les comentábamos que el siguiente sería desde Casablanca. Así es. Esto lo estamos ecribiendo desde un lugar muy cerca de la mezquita de Hassan II, aunque vamos a hablar de Fuengirola.
El caso es que el domingo, día 18 de septiembre de 2011, fuimos a tomar unas tapas a El Jardín, del que ya hemos hablado en un post anterior y que lo pusimos muy bien pues fueron pioneros en «todo a 1 €».
Al llegar, vimos que el domingo tenían dos tapas que no figuraban en el menú, una de paella (a 1,5 €) y ensalada malagueña a 1 €.
Pedimos (para los dos) dos tapas de paella y una de malagueña y con ello ya nos dimos por comidos.
Pero lo más interesante vino después; al lado nuestro había una pareja de personas mayores, él 82 años y ella 80 y nos contaron que con dos tapas de paella (3 €), dos de malagueña (2 €), una de albóndigas (1 €), una de huevos con patatas (1 €) y dos bebidas (2 €) que ya habían comido los dos por ocho euros.
El hombre (S) nos dijo que ellos antes iban al Pedro pues la calidad relación precio era excelente (nosotros estamos de acuerdo con él) y al Salamanca (no podemos estar o no de acuerdo porque nunca hemos ido), pero que de vez en cuando les gustaba ir a «El Jardín» porque «ellos a esa edad ya comían poco» y la ventaja era que podían elegir lo que querían de una gran variedad, cosa que no pasa en los menús del día.
Nos hicieron reflexionar. Llevan razón. Si no tienen mucha hambre un par de tapas y has comido en El Jardín.
Después se nos ocurrió una nueva idea, aquellas personas nos habían comunicado lo que ellas habían descubierto viviendo de jubilados en Fuengirola. Y nos preguntamos: ¿por qué no vamos dando en nuestro blog las opiniones de diferentes personas? No solo lo que pensamos nosotros sino lo que piensan personas como S y R (la esposa) que viven casi todo el año y que prefieren salir a comer a la calle que hacerlo en casa.
Así que a partir de ahora no solo pondremos nuestras ideas (si nos gusta o no) sino las de otras personas y no nos cabe la menor duda de que los jubilados tendrán un papel importante.
Un día de estos iremos al Salamanca para poder deciros si coincidimos con los gustos de S y R.
Nota sobre foto, esta foto es de Álvaro Ares y de Félix Ares. Pueden usarla libremente diciendo que está sacada el blog felix.ares.fm
Teníamos que ir a la oficina de correos de Los Boliches y al salir nos encontramos con el bar «El Jardín» que tiene una excelente terraza donde, por las mañanas, da un espléndido sol.
Anunciado en grande letras pone que [casi] todo cuesta 1 €.
Probamos.
Un café, un euro; una caña de cerveza «Cruz Campo», 1 Euro; un té, 1 Euro,… y nos preguntan que si queremos una tapa; les decimos que sí y nos sacan una carta de tapas; unas veinte tapas distintas.
Pedimos unas mini-hamburguesas y una «chili». Nos advierten que el «chili» pica endemoniadamente. Reiteramos que sí, que lo queremos, que ya sabemos que pican.
Nos traen las tapas. La mini-hamburguesas están excelentes y el «chili» es arroz con carne que pica bastante; pero lo sorprendente de ambas cosas es su tamaño. Son grandes. Tan grandes que tomamos tres tapas y ya nos damos por comidos. Además de las tapas de 1 Euro tienen algunas especialidades de la Europa oriental algo más caras: 1,5 € y 2 €.
Durante varios días probamos varias de las tapas. Todas nos parecen excelentes y el personal –con ese curioso acento eslavo– es amabilísimo.
Nos vamos de allí tremendamente satisfechos de tomar el Sol en la terraza, de tomar una buena cerveza y unas excelentes tapas a un precio muy competitivo.
Solo por esto ha merecido la pena aguantar los desplantes de los controladores aéreos.
Bar Pub «El Jardín»
Ramón y Cajal 49
Frente a Correos y al lado de la gasolinera.
Actualización Semana Santa 2011. Hemos ido por la noche en un día lluvioso y nos hemos encontrado con la desagradable sorpresa de que tan solo había mesas en un recinto de lona donde estaban fumando como cosacos. Dentro, en el bar no hay mesas ni bancos ni nada. Así que el único sitio donde podíamos estar era al lado de los fumadores.
Si usted no fuma se encontrará con este problema.