31 de enero de 2025
La naturaleza tiene su propio lenguaje para hablarnos de belleza, y pocos momentos lo expresan con tanta intensidad como el atardecer. Es ese instante en el que el sol, cansado después de un largo recorrido por el cielo, se encuentra con el horizonte y tiñe todo a su alrededor de tonos cálidos: naranjas, dorados y rosas.

En la playa, este espectáculo adquiere una dimensión especial. La arena se transforma en un lienzo dorado, mientras el mar refleja los colores con movimientos suaves y brillantes, como si intentara guardar un fragmento de luz antes de que la oscuridad se apropie del cielo.

Los contornos de las palmeras y los paseantes se vuelven sombras que completan esta obra de arte efímera.
Pasear por la orilla a esas horas, sintiendo la caricia del viento y la melodía de las olas, es un recordatorio de que la vida está llena de momentos únicos. No importa cuántos atardeceres hayas visto, siempre hay uno que te sorprende, que te invita a detenerte y a contemplar.
Las fotografías pueden capturar los colores que el sol regala al horizonte, pero hay cosas que solo se pueden vivir estando ahí. El aroma salado del mar se mezcla con el leve perfume de las algas que se arremolinan en la orilla. Es un olor que no solo se percibe, sino que parece llenarte el pecho de esa inmensidad que solo el océano puede ofrecer.
O esa mano que se acerca al muslo de tu amada y siente su calor. Y ella acepta el toque. Es la señal de aceptación. Y sueñas en cielos rojos y en caricias suaves, húmedas y cálidas. No hace falta firmar un papel de aceptación. Es el amor. Mientras los colores cálidos pintan el cielo, el suave murmullo de las olas acompaña el momento con su ritmo constante y sereno. Es como si la naturaleza interpretara una melodía solo para los que se detienen a escuchar. Este rincón de la playa, con sus sonidos y olores, habla un lenguaje que ninguna cámara puede traducir. Las cámaras no graban la temperatura, ni el vello erizado por la pasión o el deseo. Las cámaras no graban el latir de los corazones. Las cámaras no graban los olores.
El amor es también atreverse a ser vulnerable, a mostrarse tal cual uno es, con la certeza de que será aceptado y valorado. Es tender un puente hacia el otro, sabiendo que el trayecto puede no ser siempre fácil, pero confiando en que vale la pena.
Es escuchar sin juzgar, aprender del otro y crecer juntos, pero también entender que el amor no siempre consiste en ceder, sino en encontrar un equilibrio en el que ambos puedan ser plenamente ellos mismos.
El amor, más que un destino, es un viaje constante: de descubrimientos, de caídas y de levantarse de nuevo, siempre con la mirada puesta en lo esencial, en ese lazo que une a dos almas humanas en su autenticidad más pura.
En ese momento en que el sol se despide de sus ropajes del día, no solo la playa se tiñe de colores cálidos, sino también el corazón. Caminar junto a esa persona especial, sentir su mano en la tuya, y posar la tuya sobre su cuerpo querido es como tocar el reflejo del sol en el agua: cálido, vibrante, lleno de vida.
El calor que emana de su piel no es solo físico; es un lenguaje silencioso que habla de cercanía, de deseos compartidos, de un amor que late al ritmo de las olas. Es un temblor que no solo pertenece a quien lo siente, sino que se comparte, como si ambos fueran parte de un mismo latido.
En ese instante, el atardecer no solo pinta el cielo, sino también el alma, recordándonos que los momentos más simples pueden ser los más intensos cuando se viven con alguien que amamos Y no me obliguen a decir qué es el amor: No lo sé: tal vez «El amor», en su esencia, es aceptar la humanidad en toda su complejidad. Es mirar a la otra persona y ver no solo sus virtudes, sino también sus defectos, y aun así elegir estar ahí. Es reconocer nuestras propias imperfecciones y encontrar belleza en ellas, porque son parte de lo que nos hace únicos.
Es compartir deseos, sueños y momentos, pero también aceptar las diferencias y los silencios. El amor no es perfecto, y quizás ahí radica su magia: en su capacidad de unir lo imperfecto y transformarlo en algo profundamente humano.
Notas.
[1]
Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
De tapas y otras cosas por Fuengirola © 2024 by Félix Ares is licensed under CC BY-SA 4.0 . Debe indicarse que está creado a partir de una obra de felix.ares.fm
En esta ocasión he contado con la colaboración de Vero.
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