Viernes 20 de mayo de 2016
En varios entradas anteriores hemos hablado de Salamanca. Por ejemplo, las últimas han sido estas:
Quinta entrega: https://felix.ares.fm/?p=8120
Sexta y última entrega: https://felix.ares.fm/?p=8204
En todos los casos eran fotos de mañana o de primera hora de la tarde, nos faltaban las fotos del anochecer y de la noche. Y, una vez vistas, os podemos asegurar que son muy distintas. Salamanca tiene vistas espectaculares por la noche.
Empecemos por el río Tormes. Al atardecer
Las aguas parecen más azules y más quietas.
El sol está muy bajo en el horizonte y produce unas sombras muy alargadas. La luz llega a rincones que antes no hacía.
la luz da una fuerte vida al vestido y al bastón del ciego y sobre todo produce unas sombras en las campanas que nos permiten apreciar mejor sus formas. La iglesia es la de Santiago del Arrabal.
También el verraco, adquiere unos tintes rojizos:
La tarde reviste de brillos a la Pieza de Bloqueo de Henry Moore:
La luz hace que la iglesia de San Esteban, brille como una joya. El contraste entre la calle oscura y el edificio iluminado con luz rojiza le da una gran viveza a la iglesia.
El anochecer da una enorme relevancia a la cúpula de la catedral.
La luz natural casi muere; no lo hace del todo porque hay luna llena; pero ahora es el triunfo de la luz artificial, que nos señala lo que los expertos creen que hay que señalar.
Los expertos no se han olvidado de la fachada de la nueva catedral.
La luna llena nos dice que sigue existiendo y que, ella es capaz de hacer bonitos juegos de luz.
La cúpula y cimborrio de la catedral vieja resplandece con la luz artificial.
La catedral nueva no quiere quedarse en segundo término:
Con la luz artificial la Cruz de los Ajusticiados adquiere un valor dramático que nos había pasado desapercibido:
Cruz de los Ajusticiados.
Y por fin llegamos a la Casa Lis. Si de día es un edificio muy singular, por la noche se convierte en una joya resplandeciente.
Nos van a permitir que insistamos en que con las actuales normas del ayuntamiento y su obligación de usar la piedra de Villamayor, esta obra no sería permitida. En nuestra opinión, una tentado a la creatividad. A veces la creatividad hace cosas que no nos gustan, como es la puñetera pirámide del Louvre, pero otras acierta como esta fachada de la Casa Lis.
Quizá no se vea muy bien, pero en la terraza, a la izquierda, unos jóvenes, beben, se divierten y escuchan música.
La luz hace surgir a Venus de la penumbra. Es una Venus herida, sus hombro y seno izquierdos tienen un fuerte arañazo.
La luz de la noche resalta todavía más el grupo escultórico del Lazarillo y la iglesia de Santiago del Arrabal.
¿Qué mira el ciego? ¿Qué mira el lazarillo? Nos van a permitir una licencia; es falso, pero hoy hay luna llena y hemos pensado que tal vez mirasen la Luna.
Tal como decíamos la luz artificial hace curiosos amigos. Acabamos de atravesar el Puente Romano y miramos hacia atrás.
El día ha sido largo. Vamos hacia nuestro hotel: Puente Romano.
A su puerta hay una sencilla iglesia que con la iluminación nocturna tiene su encanto:
Subimos a la terraza de nuestro hotel y desde allí pudimos contemplar la vista nocturna de Salamanca. Una vista bella.
A la izquierda la 8universidad pontificia; el campanario es el del antiguo edificio de la universidad de Salamanca, el mazacote es la catedral nueva y la luz con toque azulados es la Casa Lis.
¿Y LA CENA?
Como saben nuestros seguidores no gustan los «paquetes»; nos explicamos nos gustan los «menús del día» que llevan todo incluido. La razón es simple: para no llevarnos sorpresas. Todavía recordamos un restaurante en La Mancha que nos cobró 10 Euros por «cubiertos»…
En Salamanca, viernes por la noche, nos costó encontrar un «menú del día», y deben tener en cuenta que en esta ocasión ya no estábamos bajo el paraguas de viajes Nevada, sino que íbamos por nuestra cuenta.
Por fin encontramos un menú razonable en «Los Cuatro Gatos»:
El precio del menú era de 10€ e incluía paella.
La atención no fue buena, pero digamos que tampoco catastrófica. Pedimos paella y filete a la plancha.
Primero nos sirvieron las bebidas. Bien. Servicio no una maravilla pero razonable.
Después vino la paella.
Como pueden ver la ración es pequeña, pero eso es lo de menos, estaba reseca y dura. En una dos palabras: una mierda. Se ve que estaba recalentada y que llevaba hecha muchas horas.
El segundo plato no estuvo mal:
La factura cumplía escrupulosamente con lo anunciado:
CONCLUSIÓN:
La próxima vez que vayamos a Salamanca trataremos de buscar otro sitio, aunque mucho nos tememos, que un viernes por la noche la oferta es tan restringida que es posible que tengamos que repetir.
***
Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
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