15 de diciembre de 2025

Hoy quiero hablar de vino y de dinosaurios. Sí, ya sé, que suena a mezclar la velocidad con el tocino, o las churras con merinas, pero a veces lees cosas que te sorprenden. En este caso, mi sorpresa surgió de un artículo de la revista Nature Plants [1], dónde, a partir de hallazgos de pepitas de uva de hace 66 millones de años, es decir, de cuando los dinosaurios casi se extinguieron, y digo casi, pues las aves son descendientes de los dinosaurios. Sí, las aves son dinosaurios evolucionados.
Lo que viene a decir el artículo es que los grandes dinosaurios impedían que los árboles estuvieran juntos, pues al pasar entre ellos los rompían o pisoteaban y el resultado era que los bosques, cuando había dinosaurios, tenían árboles muy separados para permitir el paso de aquellos grandes animales.
En esas condiciones, la luz entraba perfectamente hasta el suelo. Cuando los dinosaurios desaparecieron, los bosques crecieron con mucha menos distancia entre los árboles. Estaban tan juntos que la luz ya no llegaba al suelo, por eso, para conseguir la luz, muchas plantas evolucionaron y se hicieron trepadoras. Trepaban por los árboles. Subían para conseguir la luz del sol, tan necesaria para su desarrollo.


Una de esas plantas trepadoras era la vid, las uvas, las que dan el vino. Gracias a la desaparición de los dinosaurios, los bosques se hicieron más oscuros y debido a ello se desarrollaron plantas trepadoras como las uvas. Como consecuencia inesperada de todo ello, hoy en día nuestras bien merecidas vacaciones pueden disfrutar de un buen vaso de vino. No importa que sea blanco tinto, cualquier vino que elijas no existiría si los dinosaurios no se hubieran extinguido.
Claro que pensándolo bien, nosotros tampoco existiríamos. Así que siguiendo el refrán español de «no hay mal que por bien no venga» cojamos una copa de vino y brindemos por el meteorito —o el vulcanismo, todavía no hay consenso sobre ello— que acabó con los dinosaurios y permitió el desarrollo de los mamíferos y no se nos olvide que también las uvas surgieron de aquella catástrofe.


¡Chin, chin! Bridemos por el vino.
Hasta mañana
NOTAS
[1] Fabiany Herrera et al. Cenozoic seeds of Vitaceae reveal a deep history of extinction and dispersal in the Neotropics. Nature Plants. 1 de julio de 2024. https://www.nature.com/articles/s41477-024-01717-9
[2] Recientemente se ha puesto en duda el tema de los dinosaurios y se atribuye la parición de las uvas a otros procesos, como el choque de la India con la placa tectónica asiática. Pero eso lo dejamos para otro día. Hoy, cerca de las Navidades, prefiero esta curiosidad de que la extinción de los dinosaurios pudo [lo dejo así: pudo] favorecer la aparición de las uvas.
Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
De tapas y otras cosas por Fuengirola © 2024 by Félix Ares is licensed under CC BY-SA 4.0 . Debe indicarse que está creado a partir de una obra de felix.ares.fm
En esta ocasión he contado con la colaboración de Vero.
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