El día 30 de diciembre iniciamos un viaje de tres días, organizado por Juan Alcaraz. El centro de nuestras actividades estaba en el hotel Salobreña Suites. Desde allí vimos muchas cosas muy interesantes. Iré contándolas poco a poco. En esta entrada hablaré del bonito pueblo de la Alpujarra granadina llamado Soportújar, que se ha especializado en brujas. Han convertido el pueblo en una especie de parque temático sobre cuentos de brujas.
Ruta desde Trevélez hasta Soportújar. Basado en Google Maps.
En esta ocasión, el autobús nos dejó a 1 km de distancia del pueblo propiamente dicho. Y teníamos media hora de tiempo libre. Obviamente en esa media hora no nos daba tiempo a subir hasta el pueblo, pero muy cerquita de esa parada, está la «cueva del ojo de la bruja» y el Sr. Alcaraz nos dijo que podíamos ir.
Letrero con letras grandes de Soportújar.
Aquí fue donde nos dejó el autobús. Lamentablemente, está a 1 km de la población. Al lado está la parada de los autobuses de línea.
Parada de autobuses. En la parta alta hay una maqueta del pueblo.
Ya vemos que la bruja forma parte de la imagen de Soportújar.
Detalle del letrero de Soportújar,
Se va hacia arriba, hacia la población, y a unos 250 m se encuentra la cueva del ojo de la bruja.
Desde la carretera que sube al pueblo podemos ver esto:
Cueva del ojo de la bruja y de sus accesos.
Hay dos modos de ir. Uno es ir por la carretera asfaltada, cruzar el puente y llegamos a la cueva. La otra es subir por las escaleras. Lo que yo hice fue subir por las escaleras y bajar por la carretera y así pude ver todo.
La subida por las escaleras se ve así:
Escaleras. Al fondo la cueva del ojo de la bruja.
En el interior de la cueva podemos ver cosas como estas:
La bruja en el interior de la cueva.
Calavera y huesos.
El camino hacia el puente se ve así:
Supongo que esas cosas redondas son luces para que se vea por la noche, pero no estoy seguro. Dado el aspecto de las luces supongo que debe quedar muy bonito.
El puente encantado. Su entrada (desde la carretera) está vigilado por una bruja.
La bruja que vigila el acceso al puente encantado
Otrra vista de la bruja que vigila en puente encantado.
Ya volviendo nos encontramos con una talla en madera que es interesante. Es como una rama de árbol que en su punta tiene un búho.
No solo está tallado el búho, el tronco también, y tiene un texto que dice: «A mi ojo te acercarás, embrujado te irás».
A mi ojo te acercará, embrujado te irás.
Aquí acabamos nuestra rapidísima visita a la cueva del ojo de la bruja en Soportújar. Demasiado rápido, pero no teníamos más tiempo.
Origen de la temática brujeril en Soportújar
Es muy curioso el origen de las razones por las que Soportújar. Para entenderlo tenemos que remontarnos al siglo XVI, con la expulsión de los moriscos de lo que había sido el reino nazarí de Granada [3]. Aquella expulsión trajo como consecuencia muchos pueblos vacíos. Uno de ellos fue Soportújar que fue repoblada por colonos procedentes de Galicia, que trajeron consigo sus leyendas, en las que todos sabemos que hay abundancia de brujas [1].
Debido a la tradición gallega, a partir del siglo XVI comenzó a conocerse al pueblo como pueblo de las brujas y a sus habitantes como brujos[1].
También circulaba la leyenda, sin ninguna base histórica, de que las brujas se reunían en aquelarre en la cueva del ojo de la bruja, del que he hablado más arriba.
Fue en 2017 cuando el ayuntamiento decidió aprovechar las leyendas sobre brujas y el que se le llamase el pueblo de las brujas, para convertirlo en una atracción turística [2].
Me parece muy inteligente lo que ha hecho el ayuntamiento, convertir una leyenda en una fuente de ingresos por turismo. Para ello tuvieron que decorar el pueblo con fuentes, esculturas, brujas, arañas, casas con patas, casas de chocolates, y un largo etcétera. El resultado es interesante.
Nuestra siguiente etapa era el hotel, para cenar y alojarnos.
Visita del 1 de noviembre de 2021. El día 1 de noviembre de 2021, hice una visita al pueblo propiamente dicho. Creo que la visita es muy interesante, pero no es el momento de exponerlo aquí. Lo que voy a hacer es una entrada sobre ello, en una próxima entrada, pero fuera del diario de este viaje.
El día 30 de diciembre iniciamos un viaje de tres días, organizado por Juan Alcaraz. El centro de nuestras actividades estaba en el hotel Salobreña Suites. Desde allí vimos muchas cosas muy interesantes. Iré contándolas poco a poco. En esta entrada hablaré del bonito pueblo de la Alpujarra granadina llamado Trevélez.
No sé qué me pasa con la pronunciación de Trevélez. Recuerdo que en algún lugar yo leí Trevélez y eso es lo que se me ha quedado. Está mal. Aunque no soy el único al que tiene esa confusión de pronunciación [1]. Se dice Trevélez, por una razón muy sencilla, porque el nombre se refiere a Tres hermanos que se llamaban Vélez (TreVélez) [2].
Lo curioso es que Trevélez también está dividido en tres barrios: alto, medio y bajo. Por lo que también son Tres-Vélez. Pero vayamos a la leyenda, donde se ve que los tres hermanos y los tres barrios se unifican.
Cuentan que eran tres hermanos que cuando su padre murió les dejó en herencia sus tierras: A su hijo mayor las tierras más altas (barrio alto).A otro le dejó las tierras del medio (barrio medio). Al pequeño le dejó las tierras bajas (barrio bajo).
Así que tres hermanos y tres barrios se unifican. Cada hermano heredó un barrio. Después la historia se hace muy larga y compleja, implicando a la Virgen de las Nieves. Pueden leerlo en [2]. Pero probablemente todo eso son leyendas. Lo más probable es que el nombre proceda del latín «tres vallis» (tres valles), pues el pueblo está situado en la confluencia de los valles del río Chico, el río Trevélez y el barranco de Trevélez.
Cuando llegamos a Trevélez, desde el bus, pude sacar una foto en la que se ve que es uno de los «Pueblos Bonitos» de España.
El pueblo blanco de Trevélez y el cartel que dice que es uno de los «Pueblos Bonitos» de España.
Poco después veíamos un mosaico en el que se dice que Trevélez es el pueblo más alto de España.
Literalmente en la cerámica podemos leer: «En Trevélez tocarás el cielo. El pueblo más alto de España».
c) ¿El pueblo más alto de España?
Me temo que el ayuntamiento ha exagerado. Es uno de los pueblos más altos de España, pero no «el más alto». Veamos, Trevélez se encuentra a 1 476 m de altura, Valdelinares en Teruel está a 1 693 metros, ¿Cuál es el más alto?
Trevélez y Valdelinares no solo comparten la atura, sino que también fabrican excelentes jamones [3]. Es lógico, la altura y el clima hace que sean dos pueblos muy aptos para fabricar magníficos jamones, aunque hemos de decir que tienen mucha más fama los de Trevélez. De los jamones de Trevélez vamos a hablar en detalle y no solo hablar: los vamos a degustar.
El jamón de Trevélez siempre se hace con cerdos de las razas Landrace, Large-White y Duroc-Jersey y sus cruces. Algunos se crían en Trevélez, pero también pueden proceder de otras partes, por ejemplo Extremadura, de donde llegan los perniles que se curan en Trevélez, por su clima tan especial y que produce tan buenos jamones [4].
Pero no quiero enrollarme más, proseguimos viaje.
d) Representación de la matanza
Nada más entrar en la población nos encontramos con un letrero que nos invita a «La matanza», mejor dicho, a la representación de la matanza.
Representación de la matanza en Trevélez.
No era posible ir a ver el espectáculo, pero si hubiéramos podido no tengo claro que hubiera querido ir. Me explico, viví unos años en los montes astur-leoneses y allí mis bisabuelos, abuelos, tíos y mis padres hicieron «La matanza» varios años. El espectáculo es dantesco. Chillidos del cerdo, cuchillos rajando la piel y llegando a las venas para que el animal se desangrase y lo hacía sobre un barreño, cortes, sacar las tripas, limpiarlas, separar los perniles, … Las tripas se lavaban, la carne se picaba y se mezclaba con pimentón y otras especias. La mezcla se metía en las tripas. La sangre se mezclaba con miga de pan, a veces arroz cocido y se hacían morcillas…
La obra duraba todo el día. Recuerdo a mi bisabuela con un delantal oscuro lleno de sangre. A mi abuela mezclando en otro barreño la sangre con migas de pan y otras cosas, a mi abuelo cortando los perniles, a mis tíos… Duró todo el día.
En una cochiquera teníamos media docena de cerdos. Los cuidábamos lo mejor que podíamos. Yo, que era un niño, me encapriche de un cerdito recién nacido. Era tan mono. Pero lo que recuerdo con horror fue el día que caparon a uno de ellos. Parece ser que capados tiene mejor sabor en su carne y, además, tienen un mejor comportamiento.
Como muy bien saben ustedes, los cerdos tienen los testículos internos, por lo que para extirparlos hay que abrirlos. ¿Se imaginan ustedes hace casi setenta años cómo se hacía? No anestesiaban al animal, que gritaba y gritaba, y gritaba… y todavía tengo sus gritos grabados en mi cerebro. Por suerte, eran otros tiempos.
Lo que sí recuerdo con mucho agrado fue el proceso posterior de curar los jamones, chorizos y morcillas…
Los jamones me intrigaron. Mi abuelo cogió un cajón del tamaño adecuado y puso una capa de sal en su fondo. Encima puso un pernil al que se había aplicado manteca y pimentón, que después cubrió completamente con sal, … otro pernil, más sal. Creo que puso cinco, pero no me hagan mucho caso. Posteriormente, se puso un tablón y encima de él muchas piedras pesadas… y así estuvo, no recuerdo bien, supongo que una semana. Después, uno a uno verificamos que los perniles habían perdido la sangre. Con los dedos se apretaba en ciertas zonas donde pasan las venas. Una vez verificado se colgaban del techo. Mi abuelo los ahumaba. Debajo de los perniles colgados cada día encendíamos una hoguera con sarmientos «para darle sabor a humo de olivo».
Unos meses después, teníamos los jamones, los chorizos y las morcillas curadas. Recuerdo su sabor como algo maravilloso aunque, quizá, con mis gustos de hoy no sería tanto.
Pero me he dispersado, ¿qué tiene esto que ver con Trevélez? Sinceramente, no lo sé. Me he dejado llevar por los recuerdos.
e) Una visita rápida a Trevélez
Uno de los símbolos de Trevélez es una chimenea.
Chimenea estilizada, símbolo de Tevélez.
Las chimeneas de Trevélez.
Chimeneas típicas de Trevélez.
El nombre de Trevélez entre jamones.
oplus_32El nombre de Trevélez entre jamones.
En el pueblo hay muchas referencias a los jamones y a los cerdos, pro ejemplo esta cabaña con un cerdito y que nos dice que es del barrio bajo.
Cerdito en su cabaña del barrio bajo.Imagen de un zorro.Escultura de cabra montes en Trevélez.
Me sorprendió la imagen de los tiestos que estaban colgados de las barandillas: estaban vestidos con recubrimientos de lana.
Tiesto con fundas de lana, hechas con ganchillo.Otro tiesto vestido con ganchillo.
Enfrente de estos tiestos estaba una tienda que vendía truchas. Me llamó la tención gratamente, en Trevélez no todo es cerdo y sus derivados.
Venta de truchas.
f) Visita a la fabrica de jamones Antonio Álvarez
Entramos en la «fábrica» de jamones de Antonio Álvarez, done nos explicaron el proceso de curación de un buen jamón serrano.
Antonio Álvarez, jamones. Trevélez.
Lo que nos explicaron fue, más o menos, lo mismo que yo les dije que hice con mi abuelo. Más o menos. Lo que sí había en aquel secador eran miles de jamones colgados madurando su esquñisito sabor.
Jamones curándose.Otra vista del secadero de jamones de Trevélez.
Jamones etiquetados.
Tras explicarnos como funcionaba el secadero, lo que nos faltaba era ir a degustar el resultado de ese proceso y nos llevaron a la tienda Maruja donde nos hicieron probar los jamones. Si queríamos, allí mismo podíamos comprarlos y también los vinos y otros muchos productos derivados.
g) Tienda Maruja
Tienda Maruja.
Antonio Álvarez jamones. Tienda Maruja.
Sala de degustación de la tienda Maruja.
A la izquierda pueden ver que pone algo así como: Jamón de Trevélez Natural. Estoy un poco harto del mal uso que se hace de la palabra natural. ¿El jamón natural? ¿Se cría en los árboles? ¿Nace espontáneamente? No. Sin duda, el jamón curado es un proceso artificial, como casi todo lo que hay en el mundo. Y eso no es malo. Eso es bueno. Lo natural muchas veces mata. Lo artificial trata de mejorar los procesos naturales para hacerlos más seguros. Pretender que todo el proceso de matanza, selección, salado, curado, etc. es natural, es absurdo. Por suerte, no lo es. Es artificial y controlado. Sin esa artificialidad lo que obtendríamos sería carne podrida, incomestible.
Para la degustación de jamones nos pusieron agua, pan y vinos tinto y rosado.
Agua en la degustación de la tienda Maruja.Vinos tinto y rosadoPan
Después nos pusieron varios productos de cerdo ibérico para degustar y que podíamos comprar en la tienda.
Si no me equivoco: chorizo, panceta, salchichón, lomo embuchado y jamón serrano.
Todo estaba muy bueno.
Me intrigó qué vinos estaban poniendo. Pregunté y me enseñaron la botella:
Vino Marqués de Contraviesa. Vino de Granada.
Estaba bueno y no era de ninguna de las zonas de prestigio de España. Era de Granada. Eso demuestra que a pesar de la fama de ciertos lugares, en España hay buenos vinos en muchas partes. Y esto me recuerda que aunque durante la dominación islámica el consumo de alcohol estaba restringido, la producción vitivinícola siempre existió.
Pasamos a la tienda y compramos varias cosas. Después, ya en casa, las degustamos y nuestro diagnóstico fue que eran productos muy buenos. Por suerte, para comprarlos no hay que ir hasta Trevélez, se pueden comprar online: