En la plaza de la Hispanidad hay un bar que se llama Baldo. Tiene unas ofertas muy interesantes:
La tapa no es a elegir; ellos te ponen la que tengan disponible.
En esta ocasión no tuve suerte pues nos pusieron como tapa un trozo de empanada. A mi nunca me ha gustado la empanada, pero mi acompañante dijo que estaba muy buena.
NO ABRE TODOS LOS DÍAS: Martes, miércoles y jueves cerrado.
UBICACIÓN
Plaza de la Hispanidad (Chuncheta A: roja)
En una de las esquinas está el Restaurante pizzeria Baldo (chincheta B: verde). En el edificio Myramar
La página web es muy interesante pues en ella están las ofertas e incluso una carta interactiva, donde podemos ver, por ejemplo, que un café solo cuesta 1€, que si es con leche cuesta 1,20€, un tinto de verano 1,60€, etc.
ACTUALIZACIÓN del 8 de noviembre de 2013: HA CERRADO
Ha desaparecido toda mención a «Nuevo Barrio» y su lugar hay una Pizzeria que se llama «El Padrino»
ACTUALIZACIÓN del 19 de octubre de 2013
Hemos vuelto por allí y lo hemos encontrado todo cerrado. No sabemos sí es que era día de fiesta, si no era la hora adecuada o si es que han cerrado:
15 diciembre 2012
En la Plaza del Yate, de la que ya hemos hablado al comentar «La Cepa«, hay varios bares y restaurantes muy dignos de mención.
Es una plaza escondida, difícil de encontrar. Para llegar a ella hay que acercarse al número 29 de la calle Palangreros. Esa calle es perpendicular a Marconi. O dicho de otro modo, es paralela al paseo marítimo.
En esta acogedora plaza se encuentra el Bar Restaurante «Nuevo Barrio»
Cuyo sorprendente anuncio dice lo siguiente:
Lo primero que uno piensa es que se trata de un centro de caridad o algo así; pero no, se trata de un restaurante de barrio que ha sido capaz de ofrecer un menú completo con 3€. ¡Increíble!
Nos sorprendió tanto el pecio que preguntamos en qué consistía el menú y nos dijeron que cada día –de lunes a viernes– era distinto; cada día distinto. Eso sí, el menú es fijo. Cada día distinto pero solo un menú.
Los clientes eran fundamentalmente familias del barrio que iban al restaurante con sus hijos, también había colegiales,… Una clientela muy del barrio.
El viernes estaba lleno y no nos quedamos, pero el lunes estaba bastante más vacío y nos decidimos a probarlo. Primeo nos pidieron qué queríamos de bebida. Decidimos dos «tintos de verano».
De primer plato tenían macarrones a la bolognesa. Una vez más nos sorprendió que la cantidad de carne de la salsa era muy superior a unos que tomamos en Florencia al lado de la Galería Uffizi.
Y de segundo plato tenían una chuleta de cerdo con patatas. Nada más llegar empezamos a comerlas sin darnos cuenta de que no habíamos sacado las fotos, así que aquí les mostramos una foto con un trozo ya comido.
Al haber sacado la foto muy inclinada no se ve demasiado bien. Aquí tienen otra vista:
La chuleta estaba muy sabrosa y las patatas recién hechas y en su punto.
De postre nos pusieron una terrina de helado.
Atención
En todo momento el camarero fue atento y amable. Y cuando fuimos a pagar la cocinera también.
Calidad
Desde luego que no podemos esperar que sea como el restaurante Arzac en Donostia-San Sebatián o en El Bulli, pero quizá tenga algo mucho más complicado, hacer un menú agradable y sumamente barato.
Nos nos cabe ninguna duda que para ser un Arzac hay que ser un genio de la cocina, y las veces que hemos estado –que han sido muchas– así nos lo ha demostrado. En «El Bulli» no hemos estado.
Pero no nos cabe la menor duda de que cada día plantearse ir al mercado para lograr un menú razonablemente alimenticio, sabroso, y bien preparado hay que ser un auténtico genio.