Tal como ya hemos comentado la principal industria de Montoro (Córdoba) es el aceite de oliva, que es una industria que ha evolucionado como todas las demás; así que quedan para el recuerdo infinidad de máquinas antiguas, que nos muestran como era el trabajo de nuestros abuelos.
El cultivo del olivo ha sido tradicional en Montoro desde tiempo de los romanos. Con los árabes sufrió un fuerte aumento pues, como el islam prohibía comer carne de cerdo, todo lo que son tocinos, manteca y grasas de este animal tampoco están permitidos, por lo que se sustituyen por aceites y especialmente aceite de oliva.
En el libro Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, cuyo autor es Pascual Madoz dice que el olivar montoreño era el mejor existente en Andalucía.
En 2010 se consiguió un hito muy importante, Bruselas –es decir, Europa– concedió a los aceites de Montoro la protección que da la denominación de origen: aceites de Montora – Adamuz.
En Montoro hay un pequeño museo dedicado al tema. Es un museo muy sencillo, sin grandes pretensiones, pero en el que se han guardado con mucho cariño pieza de la antigua industria olivarera. Vamos a hacer un pequeño viaje por este agradable museo.
Para los profanos en historia, como somos nosotros, lo de «tercias» nos extraña. ¿Qué tiene que ver un museo del aceite con las tercias? Una pequeña investigación en internet, nos permite hacernos una idea.
En el siglo X comienza a extenderse por Castilla y León el derecho de los eclesiásticos de cobrar, en aquellos lugares que se están repoblando –debido a la conquista de los cristianos de los antiguos territorios musulmanes–, el décimo de los frutos. En vez de décimo ellos decían «el diezmo». Este diezmo hizo que la Iglesia contase con mucho dinero, mientras que las arcas reales estaban paupérrimas. Este hecho hizo que los monarcas pidieran al sumo pontífice la posibilidad de participar de ese «diezmo» y la Iglesia concedió a la Corona de Castilla el derecho a recibir dos novenos del diezmo. Pero sorprendentemente, en vez de llamarlo dos novenos, empezaron a llamarle «las tercias». Realmente, lo que recibía la hacienda real era poco más del 2 por ciento (el 2,22) y a eso lo llamaron «las tercias». Para recadar ese impuesto se hicieron edificios específicos. Algo así como edificios de Hacienda de hoy en día, y a esos edificios se les llamó «Tercias«.
Pues bien, la «Tercias» de Montoro, es el edificio que hoy alberga el museo del aceite.
Y dentro nos encontramos con diversos utensilios de la industria del aceite:
Cuando las aceitunas llegan del olivar no están limpias, tienen palitos, hojas adheridas etc. Para limpiarlas se echan por la tolva de la izquierda y, por gravedad, se desplaza hacia la derecha. En su viaje van perdiendo las hojas y los palitos y caen fuera. Solo llegan a la parte de la derecha las aceitunas limpias. Obsérvese que la foto está inclinada. la persona que se ve está vertical.
Esas tres piedras tan grandes debían ejercer una fuerte presión y de ese modo, en frío, surgía el aceite, con bastante residuo sólido por lo que había que filtrárselo.
Aunque tiene poco que ver con el olivo, el aceite y el olivar, en este museo hay lo que era una colmena de corcho:
Ya vemos que el proceso de obtención del aceite tiene cómo mínimo dos fases. Primero se prensa y después se filtra. De este modo se obtiene un aceite que se ha prensado en frío y que es el de mejor calidad. Con los restos que quedan en los filtros, que se llama orujo, también se vuelve a sacar aceite a base de prensarlo en caliente y, a veces, de utilizar ciertos productos que ayudan a extraerlo.
Tras esas dos extracciones, todavía puede haber una tercera y para ello se usa esta máquina de «remolido».
En la recepción hay una pequeña tienda que vende recuerdos del museo y botellitas de aceite de muchas calidades, todas ellas excelentes. Nosotros compramos unas botellitas de prensado en frío elaborados en Montoro y resultaron ser muy buenos.
Salimos del museo y volvimos a la plaza donde está la iglesia de San Bartolomé. En la plaza hay una estatua:
Es una lástima que el día fuera lluvioso y que el objetivo se llenase de gotas de agua.
UBICACIÓN DEL MUSEO
Dirección: c/ Sor Josefa Artola, 4
Horario: Sábados, Domingos y Festivos de 10:30 a 14 h
sI QUIEREN HACER UNA VISITA EN DÍA DISTINTO, LLAMAR AL 957 160 089
E-MAIL: aytomontoro@telefonica.es
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Después nos dirigimos a un restaurante a comer.
RESTAURANTE
Comimos bien a buen precio.
Pero, al entrar nos llamó mucho la atención un letrero, este:
Lo que voy a decir ahora no quiero que se interprete como un desprecio nadie. Simplemente me a ha resultado curioso que las personas no fumadoras las asimilen con las personas minusválidas. Que conste que yo que soy no fumador me siento orgulloso de que me consideren persona minusválida.
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Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
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