Vienes 28 de octubre de 2016

La Asociación de Jubilados y Pensionistas de Fuengirola organizó una escapada para disfrutar del «Caminito del Rey». Ya dimos una visión global aquí: https://felix.ares.fm/?p=9894

RETAZOS DEL CAMINITO ANTIGUO

Como ya hemos explicado, en esta década se ha construido el nuevo Caminito que es el que nosotros hemos seguido; pero, ya sabemos que antes había otro camino. A lo largo de nuestro recorrido de vez en cuando nos tropezábamos con los restos del antiguo y algunas veces nos daba miedo. Camino sin barandillas, a veces con agujeros en el hormigón,…

Cuando estás muy cerca del Caminito las fotos no reflejan su grandiosidad. Parte de la perspectiva se pierde. Quizá se vea mejor la espectacularidad desde lejos; así que me he permitido ir al final de nuestro recorrido para sacar una foto en la que los dos caminitos se funden.

Me impresiona ver el Caminito colgando por mitad de la montaña. Ante el macizo rocoso resulta sumamente insignificante. Aquí no lo parece, pero en el Caminito hay varias personas paseando. Persona que ni siquiera parecen hormigas.

Volvamos al principio del Caminito. La primera vez en la que los dos Caminitos se me manifestaron en toda su crudeza es en esta foto:

Es interesante observar que el viejo era más estrecho, era de cemento y no tenía barandilla. ¡¡Qué miedo!!

Es una maravilla que pudieran construir este camino en los años veinte del siglo pasado. Quizá, los primeros planos, no dejen ver bien, por dónde van los Caminitos. Nos alejamos para ver una perspectiva más amplia:

En la siguiente foto podemos ver cómo los caminitos se agarran a la pared y dan la curva con ella. El resultado es un interesante balcón, uno de los muchos que hay y que hicieron que popularmente se conociera al Camino como «los balconcillos».

El Caminito moderno ha aprovechado alguna de esas curvas, para hacerlo un poco más saliente y han puesto cristal casi transparente en el fondo.

Lamentablemente, el cristal es muy poco transparente y apenas se ve nada y, desde luego, no hay sensación de vértigo o de estar caminado en el vacío, como me ocurrió en uno de los rascacielos de Sanghai.

A veces los dos Caminitos van paralelos, el nuevo por encima del viejo.

Otras veces, como es el caso de las fotos siguientes, el Caminito nuevo tiene que elevarse pues una roca impide que su trayectoria sea paralela al viejo.

La siguiente foto nos muestra los dos caminitos en paralelo. Me sigue dando vértigo ver que el de abajo no tiene barandilla.

En la siguiente foto vemos que el Caminito nuevo se pega a la pared, mientras que el viejo se despegaba y había que atravesarlo como si fuera un tablón. Con aire y abismo a los dos lados.

Recuerdo que en mis primeros años de escuela, para ir desde mi casa hasta la escuela tenía que atravesar un puente de troncos que dejaban ver el río entre uno y otro. Había que pisar con cuidado para que el pié no se metiera en los agujeros. Al ver el estado actual del Caminito viejo me ha recordado mis primeros días de escuela.

Dese la pasarela nueva se ve como los dos Caminitos se pegan a la pared del desfiladero de los Gaitanes.

Como y habíamos dicho, una de las funciones del Caminito era la de camino de servicio para las líneas que llevaban la electricidad desde la «fábrica» del Chorro hasta las obras. Todavía nos quedan algunos restos que a mí me gustan. Me recuerdan al peine de los vientos de Chillida en San Sebastián.

En esos viejos soportes hay cierta añoranza de lo que hace cien años era un símbolo de la modernidad y hoy tan solo parecen ruinas decadentes. Decadentes, pero a mí me gustan.

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