Tal como ya habíamos dicho, aunque nuestra idea inicial era hablar de tapas en Fuengirola, nos dimos cuenta de que teníamos que comer, desayunar y cenar y que no estaría de más hablar un poco de lo que descubriéramos.
Insistimos en lo ya dicho, ni somos críticos gastronómicos ni nada parecido, simplemente somos dos personas normales que escribimos nuestras impresiones en este diario.
Era mediodía y teníamos que comer. Paramos en la «Casa Dori», En la famosa calle Jesús Santos Rein, en el nº 15
El número no se ve bien, pero puede servir como referencia que está al lado de «Informática Rodox», que está señalada en el mapa de Google Maps, también al lado de Caja Granada y que al otro lado de la calle, enfrente, está la Caja BBK.
En la calle, en una pizarra escrita a mano, estaba el menú del día que costaba 8,5 €. Leímos de lo que constaba y nos pareció interesante. Era un jueves y eran las 14:15. Ya solo quedaba una mesa. Nada más sentarnos llegaron más personas que tuvieron que esperar. El que con la abundancia de restaurantes que hay en los alrededores hubiera gente esperando nos hizo pensar que daban bien de comer.
Como era de esperar por el precio, el ambiente era familiar. Gente del barrio que estaba comiendo.
Muy rápidamente nos atendieron. Nos preguntaron qué queríamos de beber y les contestamos que tinto con gaseosa. Entonces nos hicieron una pregunta bastante habitual en Andalucía pero no en otros sitios: ¿Blanca o de limón? Al principio no nos dimos cuenta de a qué se refería y nos explicó que si queríamos la gaseosa blanca o de limón. Pedimos la de limón. El tinto era un Valdepeñas de mesa. Malucho como era de esperar por el precio.
De primero nos ofrecieron una «porra antequerana» que yo no sabía lo que era aunque mi mujer me dijo que era como el salmorejo. Efectivamente era algo similar al salmorejo, pero que en este caso llevaba no solo trocitos de jamón serrano sino que iba acompañado de atún. El resultado era muy agradable.
También pedimos una paella que estaba preparada con trozos de pollo y de pimiento. El arroz en su punto. Muy bien hecha.
De segundo había cerdo, cordero, berenjenas con miel, dorada a la plancha, merluza, etc. me quedé con ganas de probar las berenjenas con miel, pues sonaba bien; pero preferí pedir una dorada. Para mí uno de los problemas de este pescado es que suele tener muchas espinas y no siempre es fácil quitársela. La sorpresa en esta ocasión fue que me presentaron dos filetes de dorada sin espinas. Estaba estupenda.
De postre había, entre otras muchas cosas, arroz con leche, cuajada con miel, frutas, flan, helado, natillas… Nos decidimos por las dos primeras: arroz con lecha y cuajada con miel.
El arroz estaba en su punto, con un excelente toque de canela.
Nos atendieron rápida y correctamente.