¿Quién no ha bostezado alguna vez en una conferencia carente de interés? Todos hemos bostezado muchas veces en la vida. Incluso el bostezo se ha convertido en un símbolo de conferencia o charla sumamente aburrida. ¿Se ha preguntado alguna vez para qué sirve el bostezo, si es que sirve para algo?
No solo bostezamos los humanos, también lo hacen casi todos los animales con columna vertebral: mamíferos, aves, peces, tortugas, etc. Si todos lo hacen, probablemente es que sirva para algo. Y no creo que sea para demostrar aburrimiento. No me imagino a una tortuga o a un pez bostezando porque se aburre.
En 2007, Andrew C. Gallup y Gordon G. Gallup propusieron que el bostezo era para enfriar el cerebro. El abrir mucho la boca y hacer pasar aire muy rápido actuaban de refrigerador. Pero, como muy sabe usted, una cosa es plantear una hipótesis y otra demostrarla.
En un trabajo del 6 de mayo de la revista «Communications biology», cuyo primer autor es Jorg J. M. Massen, se analiza la duración del bostezo en veinticuatro especies de distintos animales, incluyendo aves y mamíferos. Y han encontrado una curiosa correlación: el tamaño del cerebro se corresponde con la duración del bostezo. Más grande el cerebro, más largo el bostezo. Esto no demuestra que la hipótesis de la refrigeración sea correcta, pero sí que apunta en esa dirección. Cuanto más grande es el cerebro, más tiempo necesita un bostezo para refrigerarlo.
Nota sobre fotos
Las fotos que se han utilizado, han sido realizadas por Félix Ares y Álvaro Ares y las licenciamos como Creative Commons . Attribution 4.0. International CC by 4.0. Puede usarlas, pero deben dar crédito a los autores y que se han sacado de la página https://felix.ares.fm
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La primera luna llena de cada año se suele llamar «La luna del lobo». Durante muchos años me intrigó saber de dónde venía ese nombre. Parece ser que se debe a que los indios americanos sioux y algonquinos utilizaban ese nombre. Los nombres de las lunas llenas de cada mes son un calendario.
Hace unos veinte años que me tropecé con que las lunas llenas de cada mes tenían un nombre específico. Por ejemplo, a la primera luna llena del año se se llama «La luna del lobo».
Para los que hemos vivido (hace sesenta años) en un pueblo donde los lobos arañaban las ventanas de nuestros dormitorios, el nombre no tiene ninguna duda, en enero los lobos aúllan. Tienen hambre. Buscan comida. Aúllan con desesperación, necesitan comer.
Cuando era niño, vivía en las montañas astur-leonesas. En enero, los lobos, hambrientos, buscaban comida en cualquier sitio, incluso llegaban a entrar en los pueblos buscando entre la basura.
Los lobos nos atemorizaban. Nunca he visto con buenos ojos los programas de tele de Félix Rodríguez de la Fuente en los que «blanqueaba» a los lobos. Los lobos no son esos «perritos» simpáticos y cariñosos que nos mostraba Félix. Los lobos son terribles.
Recuerdo, con temor, un día que en las persianas de mi cuarto oí los arañazos de las pezuñas de un lobo. No tenía ninguna gracia. Raasss, Raas, aaaauuuu.
Mis padres y abuelos me prohibieron ir más allá del puente del canal, pues allí había lobos y podían comerme.
Recuerdo vivamente un día en el que los «alimañeros» llevaron al pueblo el cadáver de un lobo. Los vecinos les dieron (mis padres y abuelos incluidos) una propina por habernos librado de aquella bestia.
Si pienso en HOY, a los alimañeros los habrían metido en la cárcel. Las Gretas Thunberg (alias Gretas Zombi) de turno habrían decretado la fatua de su extinción [de la extinción de los alimañeros, no nos confundamos].
Que me perdonen los «buenistas» [si se prefiere léase woke, o Rodriguez Zapateriles], pero el lobo no es un cachorro cariñoso (como pretendía Félix Rodríguez de la Fuente). El lobo es un animal peligroso. Muy peligroso. Un animal que se come las ovejas, que hace la vida muy difícil a los pastores y que también nos la hacía a los colegiales que, para ir a la escuela, teníamos que pasar por algún lugar donde los lobos enseñoreaban. ¡Miedo! ¡Terror!
No. No amo a los lobos. Los temo.
Admiro a nuestros antepasados que lograron cambiar a un animal cruel y sanguinario en un cachorro perruno amable. Pero debe quedar claro que un perro no es un lobo. El perro es amable (la mayoría de ellos) tal vez un Redweiler se parezca más a los lobos que yo recuerdo.
Pero no sigamos hablando de lobos. Hablemos de lunas.
Los sioux sabían que durante la primera luna llena de eneros lo lobos aullaban de hambre. Por eso llamaron a esa luna, la luna del lobo.
Lo que no me queda claro es por qué una denominación que daban los indios de las praderas se ha hecho popular en la literatura occidental. Confieso que no lo sé. Pero en algún momento, los nombres que daban los indios de las praderas a las lunas se hizo popular en occidente.
La primero luna llena de enero era la la luna del lobo.
Fue ayer, 25 de enero de 2024, cuando apareció la luna llena del lobo.
Salí a mi balcón y saqué unas fotos. Aquí están.
Desde Fuengirola, mirando hacía Málaga, pudimos ver a la luna elevarse en el horizonte.
Desde Fuengirola, mirando en dirección a Málaga, podemos ver la Luna Llena.
En la foto, la Luna aparece como un borrón. He utilizado el teleobjetivo de mi cámara para acercarme a la luna del lobo:
La luna del lobo de 2024
Espero poder hablaros de las siguientes lunas llenas de los indios de las praderas.
Mes
Nombre de la luna
¿Por qué este nombre?
enero
Luna de lobo
Las manadas de lobos hambrientos aullaban durante la noche
febrero
Luna de nieve
Nevadas más abundantes en medio del invierno
marzo
Luna gusano
Comienzo de la primavera, comienzan a aparecer los gusanos (¡y los Petirrojos que los comen!)
abril
Luna rosada
Florecimiento de una de las flores de primavera llamada, «rosa musgosa» (también conocida como, musgo silvestre flox), la cual aparecía y se esparcía por todas partes.
mayo
Luna de flores
Las flores abundaban durante este mes del año
junio
Luna fresa
Las fresas estaban listas para la cosecha y consumo
julio
Luna antílope
Los antílopes comenzaban a mostrar nuevos cachos y comenzaban a cubrirse de piel aterciopelada
agosto
Luna esturión
Esturión es un gran pez que se encuentra en los Grandes lagos y que es fácil de pescar durante esta época del año.
septiembre
Luna de cosecha
Bajo la luz de la luna de cosecha, los granjeros podían continuar cosechando mucho después de la caída del Sol
octubre
Luna de cazadores
Los cazadores cazaban a sus presas bajo la luz de la luna, y así almacenar alimento para el venidero invierno.
noviembre
Luna de castor
Época de poner trampas para castores antes de que los pantanos se congelaran, a fin de asegurarse un suministro de cálidas pieles durante el invierno.
En el mes de febrero, hablaremos de la interesantísima luna de nieve. La Luna más brillante del año.
Un fuerte abrazo.
Nota sobre fotos
Las fotos que se han utilizado, han sido realizadas por Félix Ares y Álvaro Ares y las licenciamos como Creative Commons . Attribution 4.0. International CC by 4.0. Puede usarlas, pero deben dar crédito a los autores y que se han sacado de la página https://felix.ares.fm
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