Sábado 28 de enero de 2017
La Asociación de Jubilados y Pensionistas de Fuengirola organizó un viaje a Benidorm y alrededores. Digamos que entre los alrededores estaban Alicante y Valencia. El viaje fue desde el 25 de enero hasta el 29.
Esta es la segunda entrega de la visión panorámica del viaje. La primera entrega pueden verla aquí: AQUÍ: https://felix.ares.fm/?p=10492
Agenda con el plan de todas las entregas: La primera entrega pueden verla AQUÍ: https://felix.ares.fm/?p=10492 (Visión panorámica del viaje 1) La segunda aquí: https://felix.ares.fm/?p=10564 (Visión Panorámica del viaje 2). La tercera aquí: https://felix.ares.fm/?p=10608 (Ayuntamiento de Alicante y el San Juán de Dalí). La cuarta aquí: https://felix.ares.fm/?p=10722 (Museo de las hogueras). La quinta: https://felix.ares.fm/?p=10674 (Villajoyosa, fábrica de chocolates Valor). La sexta: https://felix.ares.fm/?p=10764 (parque infantil calle de las setas). La séptima https://felix.ares.fm/?p=10787 (Iglesia concatedral de San Nicolás). La octava: https://felix.ares.fm/?p=10814 (Monumento al río Turia en Valencia). Novena: https://felix.ares.fm/?p=10848 (Guadalest). Décima y última: https://felix.ares.fm/?p=10888 (Nuestro grupo).
Acabábamos nuestra anterior entrada con una vista de la nave de la iglesia concatedral de Alicante.
FÁBRICA DE CHOCOLATE VALOR, VILLAJOYOSA
Volvimos a comer al hotel y después nos desplazamos unos pocos kilómetros hacia el oeste, para llegar a Villajoyosa, donde está ubicada la fabrica de chocolate VALOR.
Llegamos a la fábrica de chocolates Valor y allí en primer lugar nos llevaron a ver un video que nos dijeron que era sobre el chocolate pero que realmente era publicidad pura y dura de Valor. Lo entiendo, pero me pareció excesivamente publicitario.
Después nos llevaron a un pequeño museo del chocolate donde aprendí muchas cosas; por ejemplo, que las semillas de chocolate se encuentran dentro de una vaina muy grande. Algo así como las judía enorme. Saqué una foto:
En el museo hay máquinas antiguas para triturar el cacao:
Los dientes dan un poco de miedo.
Al salir del museo nos llovió. Cayó un chaparrón terrible. Menos mal que había una teja vana donde pudimos refugiarnos.
Hace unos meses, en Vietnam me cayó una lluvia similar, me mojó la cámara y se estropeo. Tuve que comprar otra. En esta ocasión no me arriesgué. Guarde la cámara en un plástico y ya no saqueé ninguna foto.
Digamos que vimos la fábrica: infinidad de máquinas automáticas haciendo muchas cosas y que después fuimos a la tienda donde compramos algunas chucherías de chocolate para comer o regalar.
Después cogimos el autobús y volvimos a Benidorm. Llegar a la paellera gigante –¿o era un orinal?– no informó de que ya estábamos en Benidorm:
28 de enero de 2017
Nos fuimos a Valencia.
El viaje era largo; más de tres horas. Paramos en varios sitios. Para amenizar el viaje se empezaron a contar chistes. El haber dejado Godella, al norte de Valencia, es por uno de ellos, muy viejo y que decía así:
-¿A dónde vais, Don Pero, con esa fermosa moza a la grupa de vuestro caballo?
-Voy a Godella.
-¿A Godella de Valencia?
-No, no, a godella, de violalla e fornicalla.
Al entrar en Valencia nos encontramos con el museo de la ciencia:
El museo de la ciencia es una obra de Santiago Calatrava. Por suerte o por desgracia tuve la oportunidad de estar en la inauguración de este magnífico complejo educativo. Magnífico, pero en muchos aspectos absurdo, como algunas de las obras de Calatrava. Por poner un solo ejemplo: estamos en la costa mediterránea, con un sol que brilla la mayor parte del año, ¿a usted se le ocurriría hacer un edificio todo de cristal? Es un invernadero. ¿Saben cuánto dinero hay que gastarse en refrigeración? Se lo contaré otro día. Bonito pero absurdo.
El autobús nos dejó muy cerca de la puerta de entrada a Valencia (Las torres de Serranos):
Podéis ver algunos datos de las torres aquí.
Valencia estuvo amurallada hasta el siglo XIX y esta era una de las puertas de entrada a la ciudad.
Poco después de cruzar la puerta vemos a lo lejos «el Miguelete«, una de las torres con campanas de la catedral de Valencia:
Muy pronto llegamos a la plaza de la catedral:
Muy pronto vemos la torre de la iglesia de Santa Catalina, también del siglo XIII:
Un poco más de paseo y llegamos a una construcción modernista, llena de columnas y vigas de hierro forjado, al estilo de la torre Eiffel. En este caso se trata del Mercado Central que fue construido en estilo modernista en 1914.
A continuación tuvimos tiempo libre para visitar lo que quisiéramos de Valencia. Lo hicimos.
A la hora de comer tuvimos que volver para coger el autobús que nos llevaría a un restaurante, de cuyo nombre «no quiero acordarme» pero me acuerdo –Noches de Bohemia– donde comimos una de las PEORES PAELLAS QUE HE COMIDO EN MI VIDA. Mala hasta decir basta. Reseca. Hecha con muchas horas de anticipación lo que había provocado que se endureciera y apelmazara,… vamos, el paradigma de lo que no hay que hacer con una paella. Al lado había un horno de microondas para calentarla… Paella fría y apelmazada y te ofrecen un horno de microondas para calentarla. Si de mi depende jamás volveré a este sitio. Esta es una opinión del autor de este trabajo, no de la Asociación de Jubilados…
GUADALEST
Tras la decepcionante comida emprendimos viaje hacia el sorprendente pueblo de Guadalest.
El pueblecito de Guadalest me sorprendió. Tiene unos paisajes fantásticos, inesperados en algo tan cercano a la costa. Y el pueblo esté lleno de curiosos museos que van desde miniaturas hasta instrumentos de tortura o belenes. Muchísimas cosas para pasar un rato sorprendiéndote por cosas insólitas.
El pueblo, sin duda, merece la pena.
29 de enero de 2017
El día 29 era el de regreso a Fuengirola, pero disponíamos de la mañana libre; así que nos fuimos al centro de Benidorm, compramos algunas cosas y regresamos andando por el paseo marítimo.
Dice la leyenda que la isla de Benidorm tiene la misma forma que el monte que está al otro lado de la playa. Y hay varias leyendas para explicarlo:
EL RETORNO
Por la tarde, hicimos el viaje de regreso a Fuengirola. Por el camino hicimos dos paradas. La primera fue en el Hotel abades Reina María.
Y el segundo fue, donde ya habíamos parado al iniciar el viaje: La Parada.
El hotel Abades me pareció bien, pero no así La Parada. Para empezar nos obligan a pasar por una cola única de autoservicio. Un solo punto de cobro. Como se pueden imaginar si hay varios autobuses el atasco que se forma es monumental, si a eso añadimos que los precios son bastante caros, el resultado es: PROCURARÉ NO VOLVER.
Hacia las 21:30 llegábamos a nuestro destino. Un bonito viaje en el que vimos muchas cosas.
RESUMIENDO, tal vez mi crítica a la paella y a «La parada» hagan pensar que el viaje fue malo. Nada más lejos de la realidad; el viaje estuvo muy bien, con los tiempos muy de mi agrado. Con una visita rápida y después tiempo libre. Me ha gustado. Es la segunda vez que viajo con Viajes Nevada y me quedan pocas duda de que volveré.
Saludos.
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