Mi amiga Bibliotekix.

De cómo el lenguaje empoderó a los ancianos.

La palabra «empoderar» me suena mal, me parece fea, pero es la que se ha impuesto y, por lo tanto, no me queda más remedio que aceptarla.

A veces me imagino cómo sería la vida de nuestros antepasados muy remotos. Siempre he estado fascinado por el lenguaje. Mi tesis doctoral fue matemáticas computacionales dedicadas al lenguaje. Sé muy poco de lenguaje y un poco más (pero muy poco) de computadores.

Una pregunta que me hice durante muchos años fue: ¿cuándo empezamos a usar un lenguaje complejo?

Lectura tras lectura me decían que cómo el lenguaje no fosiliza es imposible saberlo, pero resulta que si bien el lenguaje no fosiliza, hay cosas relacionadas con el mismo que sí lo hacen. En este momento quiero referirme a los movimientos «finos» de los pulmones. Esos movimientos son indispensables para poder pronunciar palabras más complejas que llamadas de alarma.

El lenguaje no fosiliza, pero el paladar plano y el hueso hioides sí que lo hacen. Y también lo hacen las vértebras. Me explico. El movimiento de los pulmones está controlado por ramificaciones nerviosas que surgen de la espina dorsal.

Para controlar los movimientos «finos» de los pulmones que sonn necesarios para el lenguaje, las terminaciones nerviosas tienen que pasar por las vértebras. Las vértebras humanas sonn distintas de las de los chimpancés, tienen más canales. (Dibujo realizado por IA con Copilot de Microsoft).

Y esas vértebras fosilizadas nos dicen que hace 600 000 años los homininos ya tenían capacidad para un idioma complejo.

El lenguaje produjo muchas cosas y, una de ellas, sin duda, fue aumentar la importancia de los ancianos. Su memoria podía ser transmitida a otros miembros más jóvenes de la tribu. Pongamos un ejemplo, pensemos en enfermedades que surgen de tarde en tarde. Surge y los únicos que la han vivido son los ancianos.

Ante una enfermedad, pocas dudas hay de que los humanos intentamos distintas soluciones, unas funcionan y otras no. Las que funcionan poco a poco son las que se van imponiendo y son las que van a perdurar en la memoria de las personas que llegan a ancianas. Ante el nuevo surgimiento de esa enfermedad, en vez de tener que volver a realizar las pruebas de ensayo y error hasta dar con una solución, podían preguntar a los ancianos y partir de la mejor solución de la vez anterior. Y a partir de ahí buscar mejores soluciones. El conocimiento era acumulativo de unas generaciones a otras, con la limitación de que las personas tienen una memoria limitada y ante fenómenos que ocurren cada dos o tres generaciones, probablemente se hubiera olvidado. Eso lo solucionó la escritura, pero esa es otra historia.

Siempre me han encantado los nombres que los autores de Asterix y Obelix (René Goscinny y el dibujante Albert Uderzo) ponen a sus personajes: Asterix, Obelix, Panorámix, Abracúrcix, Asurancetúrix, Ordenalfabétix, Esautomátix, Idefix …

Me gustan los tebeos (decir tebeo y no cómic no es inocente) de Asterix, aunque, hasta cierto punto, me molesta su chauvinismo. Pero las críticas que se hacen en los tebeos son excepcionales. Recuerdo uno de los tebeos en Hispania con carreteras siempre en obras. Era así.

Por eso, a mi anciano (de sexo masculino o femenino) que tiene los recuerdos de la aldea, los he llamado Bibliotekix.

El anciano Bibliotekix tenía las respuestas. Dibujo creado con la ayuda de Copilot de Microsoft.
La ancina Bibliotekix tenía las respuestas. Dibujo creado con la ayuda de Copilot de Microsoft.

No deja de ser sorprendente que el lenguaje potenciara (me gusta más que empoderar) a los ancianos. Los hicieron importantes. Dada mi edad, voy a reescribirlo: «nos hicieron importantes».


Notas


Nota sobre fotos

Las fotos que se han utilizado, han sido realizadas por Félix Ares y Álvaro Ares y las licenciamos como Creative Commons. Attribution 4.0. International CC by 4.0. Puede usarlas, pero deben dar crédito a los autores y que se han sacado de la página https://felix.ares.fm

Creative Commons License

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Spaghetteria CasaPasta (Fuengirola).

Tengo que confesar que no soy muy fan de la comida que la gente entiende por italiana. Es decir, la pasta y las pizzas.

Hice un viaje en un barco de la empresa Costa que me llevó desde Savona (Italia) hasta Buenos Aires, no creo que haga falta indicar que es de Argentina. En ese viaje, cada día servían comida italiana de una zona distinta. Descubrí esa comida es muy buena, en muchos aspectos parecida a la española, pero en ningún momento comí pasta cruda –lo que ellos llaman «al dente»– ni pizzas.

Pero, claro, lo que se entiende por comida italiana en España suele ser la pasta, que a mí me parece cruda, y las pizzas, que me parece una empanadilla (nunca me ha gustado la empanadilla).

Que quede claro que lo que acabo de decir forma parte de mis gustos y que no pretendo sentar cátedra. Simplemente, para mí, hay cocinas mucho mejores, incluyendo las italianas que no tiene nada que ver con pasta «al dente» ni con pizzas.

Aun así, a veces, por ir con amigos, no te queda más remedio que entrar en un «italiano». En este caso fue la «Spaguetteria CasaPasta».

Lo primero que tengo que decir es que me encantó la decoración. Es un lugar acogedor. Lo segundo, es que, además de pasta y pizzas, había otras cosas, muy buenas. Por lo que se puede ir, aunque no seas un amante de lo que llaman «cocina italiana».

Decoración interior de CasaPasta.

La luz, las paredes con pinturas, eran muy agradables. Incluso las paredes con ladrillos rojos y cemento blanco, tan típico de los restaurantes italianos, quedaba muy bien.

Otros detalles de la decoración. Observen el espléndido oleo de la derecha.
Detalle de una mesa.
El nombre del establecimiento entre plantas y con luz por detrás. Luz nada molesta. Muy agradable.
Otro detalle de la decoración. A la erecha del nombre del local.
Decoración de la pared donde estaba nuestra mesa.

Por fin, vayamos a la comida.

No faltó la inevitable pizza. En este caso pepperoni.

En este caso fue una pizza «pepperoni». Ya saben, el pepperoni es una especie de salamí picante elaborado con carne de cerdo y ternera y sazonado con pimentón, comino, orégano y ajo.

Como pueden ver, el vino que pedimos era blanco. Si no recuerdo mal, nada italiano, un verdejo de Rueda.

Era inevitable que alguno de los presentes pidiran pasta. En este caso «tagliatella». No creo que hay que decir que no fui yo el que la pidió.
Yo pedí unas gambas al ajillo que estaban estupendas.

Ubicación

Calle Palangreros 16 // Fuengirola

Muy cerca de la famosa plaza de Chinorros.

Atención

En todo momento la atención fue amable y profesional. En algunas críticas de Tripadvisor he leído que el servicio fue lento [1]. En nuestro caso, fue rápido y muy amable.

En resumen

Cuando algunos amigos me propongan ir a un italiano, tendré mucho gusto en decirles que vayamos a CasaPasta, aunque yo huiré de la pasta «al dente» y de las pizzas.


Notas

[1] Tripadvisor. Entrada: Spaghetteria CasaPasta. https://www.tripadvisor.co/Restaurant_Review-g315915-d12840130-Reviews-Spaghetteria_CasaPasta-Fuengirola_Costa_del_Sol_Province_of_Malaga_Andalucia.html


Nota sobre fotos

Las fotos que se han utilizado, han sido realizadas por Félix Ares y Álvaro Ares y las licenciamos como Creative Commons. Attribution 4.0. International CC by 4.0. Puede usarlas, pero deben dar crédito a los autores y que se han sacado de la página https://felix.ares.fm

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