Con la comida India tengo un problema –escribe Félix–. No me llega a gustar y sin embargo estoy convencido de que es una de las grandes cocinas del mundo. No puede ser de otro modo cuando la India es un continente. No puede ser de otro modo cuando hay comidas familiares que constan de más de treinta platos y que se van comiendo a lo largo de toda la tarde.
Pero no me gusta, puede ser que mi primera experiencia en Madrid fuera con un pollo al curry… Durante mucho tiempo no he sabido qué es lo que no me gustaba del curry. El picante me gusta. Por ejemplo, las comidas mejicanas y tailandesas me encantan. Pero la India no. Últimamente he llegado a la conclusión de que es que casi todos los curris tiene jengibre que me resulta muy empalagoso. Aunque en Shang Hai me lo recetaron para la tos y funcionó bastante bien, pero era empalagoso. Tal vez sea el mal recuerdo de un viaje en el que en el avión de «Air India» nos dieron como comida unos sandwiches de lechuga sin más. Hojas de lechuga sin ninguna salsa. Incluso lo que recuerdo es que tenían tierra. Muy desagradable. También es cierto que en ese mismo viaje, al empezar nos ofrecieron una copa de champán. La pedimos. La bebimos. Le pedimos otra. Le pedimos otra y entonces la azafata nos trajo una botella entera y nos la dejó; era un «Viuda de Clicqot». Fue un viaje excelente. No me maree a pesar de que se me había olvidado la biodramina y de que el tiempo estuvo revuelto y de que nada más bajar en Colombo –Sri Lanka– mucha gente salió descompuesta y había vomitado y yo me mareo en triciclo.. El champán compensó el terrible sandwich pero la sensación de una comida mala me queda. Otro día hablaremos de la comida de Sri Lanka. Me queda la duda de si «La Viuda de Cicquot» es mejor o peor que la biodramina para quitar el «mal de viaje» 🙂
Hace unos días estuve en Madrid comiendo con unos viejos amigos –hermanos Olmos– y a la hora de elegir restaurantes ellos me dijeron de ir a un Indio. Me negué. Ellos se creyeron que era por el picante, les expliqué que no y nos fuimos a un Mejicano, donde la comida picaba que se mataba,p ero me gustó mucho. A lo largo de la comida salió el tema de la comida India y Vicente no entendía que no me gustara e insistió en que es una comida variada, que es un continente y que es una de las grandes cocinas del mundo, junto con la china, peruana o francesa.
Me vine a Fuengirola con la mosca detrás de la oreja. ¡A ver si me estoy perdiendo algo bueno! Así que estuve buscando algún restaurante indio en Fuengirola. Encontré muchos paro a precios un poco altos –altos para el estándar de precios de Fuengirola, probablemente para Madrid serían baratísimos–. Sobre todo alto para hacer una sencilla prueba. Pero por una de esas casualidades, paseando por el Paseo Marítimo se nos ocurrió subir por la calle San Francisco, y a unos pocos metros del paseo, vimos un típico establecimiento de Kebabs. Muy pequeño, con una decoración austera, tan solo dos mesas dentro y tres fuera.
Pero lo sorprendente estaba a la derecha de la foto. Vamos a acercarnos:
Así que decidimos entrar y probar. Pedí unos muslos de pollo con especias Tandoori, un arroz pilau y una plato de Nuggets de pollo.
Lo probé y me gustó bastante. Lo encontré un poco seco, pero estab bien hecho, era sabroso y ¡no sabía a jengibre! He empezado a reconciliarme con la cocina India.
El arroz pilau, típico de la India, en este establecimiento lo preparan muy bien y tan solo cobran por él 2€. También hay arroz basmatí por el mismo precio. Por el plato de Nuggets con patatas fritas 4€.
La bebida, pueden ver que no es nada exótica, una cerveza Cruz Campo y una San Miguel.
Kebab
Otro día fuimos a por un kebab. Bueno, en reaidad tendríamos que hablar más bien de un Döner Kebab. La carne que gira verticalmente mientras se va asando se llama Döner»y el kebab –o Kebap en turco– es una categoría de platos con distinta carne: pollo, ternera, oveja, cabra…
La primera vez que lo probé fue en Turquía, al sur, en la playa de Antalia, allí donde según algunos historiadores se juntaron Cleopatra y Marco Antonio. Y vi cómo preparaban el «espeto» para poner la carne de cabra: filete de carne, una capa de tocino, filete de carne, otra capa de tocino,… en resultado final era sumamente sabroso.
Hoy en día, en los establecimientos que venden kebab reciben los «rodillos» del fabricante y no lo tienen que preparar. Es más uniforme, pero pierde el toque personal.
Al cortarlo en filetitos muy finos –como si fuera carpaccio– y acompañarlo de una guanición de lechuga, maíz y otras cosas, más una salsa de yogur, todo ello metido en un pan de pita, queda sumamente sabroso.
Es habitual en todos los establecimientos de kebab que lo envuelvan en papel de plata, aquí también.
Otras ofertas
Además de lo que nosotros hemos pedido, hay otras ofertas interesantes que ellos destacan:
2 Pizzas caseras, recién hechas 9 €.
Menú Kebab + patatas fritas + bebida 5€
Los pecios de las bebidas son normales: Agua mineral 1€, Coca Cola 1,30€, Copa de vino 1,50€, tinto de verano 1,50€…
Atención
En todo momento el servicio atento, amable y atendieron rápidamente a nuestras peticiones.
Hay que señalar que ellos también llevan la comida a domicilio gratuitamente si el pedido es de al menos 10€.
Ubicación
C/ San Francisco –Edificio Perla 1 –local 2. Frente a la plaza de la marina (La plaza del botellón) que está en el Paseo Marítimo.
Teléfono: 951 135 278
Móvil: 632 324 366
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