Jueves 2 de junio de 2016
En la oferta de internet por la que habíamos cogido el hotel se incluía el desayuno. Así que lo primero que hicimos fue desayunar. Se trataba de un bufet libre, de los que ahora casi son la norma. Entre otras cosas teníamos zumo de naranja y jamón serrano.
Como el hotel está a unos pocos metros de la entrada a la Ciudad Encantada, nos dirigimos andando a adquirir las entradas. La entrada cuesta 3€.
Junto con la entrada te dan un mapa con la ruta habitual –que está señalizada en el interior– y con lo que te vas a encontrar, tamto en las fantásticas figuras de piedra como en la flora y, si hay suerte, fauna.
Pero empecemos por el principio, la Ciudad Encantada, es un producto de la erosión del viento y del agua que han producido figuras fantásticas. Gracias al fenómeno de percepción que se llama pareidolia, una formas bagas nos recuerdan cosas concretas. Por ejemplo, ver caras o figuras de animales en las nubes. Aquí, en la Ciudad Encantada vemos caras, barcos, puentes… en las rocas desgastadas por la erosión. La roca original es la que se llama «dolomia«, parecida, aunque no idéntica a la caliza. Son rocas muy sensibles a la erosión pro el viento y por el agua. Un paisaje fuertemente erosionado se llama «karstico». En la Ciudad Encantada nos encontramos en un karst de fama mundial.
A la entrada hay unos paneles donde nos dicen los tipos de plantas que vamos a encontrar:
Lo primero que vemos, pues nos rodean por todas partes, son los pinos negrales (Pinus nigra).
Unos pasos más adelante nos encontramos con un arbusto con flores amarillas y fuertes espinas.
Los zapatitos de la virgen suelen crecen en fisuras de roca calcárea, y este es el caso. Su nombre científico es Sarcocapnos enneaphylla
TORMO (Tolmo) ALTO
Seguimos avanzando y muy pronto nos encontramos con una de las figuras más emblemáticas de la Ciudad Encantada, el llamado «Tormo alto».
Tormo. Según la RAE es equivalente a Tolmo que significa:
Del lat. tumŭlus.
1. m. Peñasco elevado, que tiene semejanza con un gran hito o mojón.
Efectivamente, se trata de un peñasco elevado que parece un mojón.
Es un clarísimo ejemplo de la erosión diferencial. La parte de arriba es más resistente a la erosión. Según bajamos la resistencia disminuye y se ve que la erosión ha sido más fuerte.
Sobre esta piedra hay numerosas leyendas, algunas de las cuales hablan de Viriato.
Su base es tan estrecha que parece imposible que toda la mole se sostenga sobre esa endeble base.
El camino está señalizado con unos mojones que indican la dirección a seguir. En azul indican el camino de entrada, en rojo el de salida.
Nuestra siguiente parada fue ante unas impresionantes masas, también producto de la erosión diferencial que dan la impresión de ser barcos varados. Nos han recordado los barcos del mar de Aral.
Seguimos el paseo.
Otra de las figuras populares en la CE (Ciudad Encantada) es el Perro. Pero vamos a hacer una maldad; en vez de sacar el perro lateralmente, en cuyo caso recuerda de un modo sumamente vago a un perro, lo vamos a sacar de frente. Lo de arriba es la cabeza –el hocico–. ¿A que no se parece nada a un perro?
El perro visto de lado.
Falta la cola. aquí está:
Nos vamos lejos:
Seguimos nuestro camino entre las rocas y los árboles:
De vez en cuando nos encontramos con flores muy bonitas. Tal como hemos dicho muchas veces, de flores no entendemos nada, pero creemos que esta preciosa flor:
es la que llaman romerina, o romero macho. Su nombre científico es Cistus clusii.
Por favor, hemos dicho que SUPONEMOS que es; no ponemos la mano en el fuego.
Seguimos andando y llegamos a otro de los emblemas de la CE: «el arco romano».
Avanzamos y llegamos a una curiosa simbiosis entre piedra y árboles. Hay algo que recuerda la cara de un hombre y los árboles nos recuerdan su cabellera.
Seguimos caminando por un desfiladero, con piedras a la izquierda y piedras a la derecha.
El fuerte contraste de luz hace que una zona nos deslumbre (la derecha) mientras que la izquierda se queda a oscuras.
Llegamos a un ensanche y vemos «LA FOCA». La foca que juega con una pelota.
Claro, que si hacemos un primer plano, la idea de foca se desvanece.
La foca se desvanece, pero la sensación de roca castigada por la erosión se acentúa. Parece piedra picada de viruela. Viruela que es una enfermedad que ha sido erradicada de la Tierra gracias a las vacunas. (¡Qué poca gracia tienen los antivacunasl).
¡Qué poco se parece a una pelota, la pelota de la foca en primer plano!
Seguimos caminando por un desfiladero. Los contrastes de luz hacen que las fotos sean muy difíciles: un lado sale quemado y el otro en penumbra. Pero fue por ahí por donde pasamos. Le han dado el nombre de El Tobogán.
De repente, al ver el desfiladero nos hemos acordado del desfiladero de Petra.
Al salir del tobogán nos encontramos con un mojón rojo, eso significaba que empezábamos a volver.
Las raíces de los árboles crecen en sitios inverosímiles.
Seguimos…
Raúl Torres en 1956 nos decía: «Cuenta la leyenda que Los Barcos, atracados en un puerto desolado, han emprendido una aventura digna de una ciudad ciclópea, avanzando un milímetro cada año hacia el mar de piedra, ansioso de ser navegado. Entonces correrán hacia el océano final». [Este texto figura en uno de los letreros de la Ciudad Encantada].
A veces el agua perfora la roca y produce galerías como esta:
Agua y viento se alían con el tiempo para destruir la roca. Roca que era fruto del tiempo. De mucho tiempo. El calcio uniéndose al carbono para formar grandes rocas. Rocas, hijas del calcio, del dióxido de carbono y del tiempo.
A veces los que hacen los letreros le echan imaginación. Sea por ejemplo esta imagen:
Al ver esta imagen me viene a la cabeza un estilizado puente, un arco gótico,… pero nunca pensaría en una elefante luchando contra un cocodrilo; pero eso es lo han pensado los que han hecho los letreros.
Seguimos caminando, y sentándonos a descansar de vez en cuando y llegamos al «Convento».
LA PUERTA DEL CONVENTO:
La diferencia con las galerías de más arriba, es la forma ojival.
No es la única oquedad ojival. Aquí hay otra, aunque no sé si tiene nombre:
Seguimos avanzando hacia la salida. Y, nos paramos a contemplar lo que han llamado «la tortuga».
Si la quitamos la piedra del fondo y la convertimos en cielo, se ve mejor el aspecto de cabeza de tortuga:
En las dos piedras siguientes algunos ven dos osos:
LOS AMANTES DE TERUEL
Túnel
El mapa nos lleva por un curioso túnel, que da la sensación de estar en equilibrio que se puede quebrar en cualquier momento.
Poco después de atravesar el túnel volvemos a ver el «Tormo Alto». Un indicio claro d que nuestro paseo se acababa.
A continuación vemos el letrero de salida. Nuestro paseo ha llegado al final. Han sido tres horas de ver un paisaje excelente.
El paseo ha merecido la pena y los 3€ que nos ha costado la entrada también.
Ya a punto de salir hemos visto esta preciosidad de flor.
Y nada más, le paseo había acabado.
+ * +
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