En Fuengirola, en la propia playa hay unos cuantos restaurantes, a los que habitualmente llamamos «chiringuitos«. El restaurante «Martín Playa» es uno de ellos.
En Fuengirola la playa recibe distintos nombres. Son ocho kilómetros de excelente playa.
La que está más cerca del castillo de Sohail se llama playa de Sohail, a su lado, yendo hacia el norte está la playa de Santa Amalia, después, en el centro, la playa de Fuengirola; un poco más al norte la de San Francisco; y todavía un poco más al norte está la playa más famosa de Fuengirola, la de Los Boliches; la siguiente es la playa de las Gaviotas; después viene la de Torreblanca y por fin la de Carvajal. Y un poco más allá está Benalmádena.
El Restaurante Martín Playa está en la playa de Las Gaviotas, aunque el letrero de cerámica parece indicar que está en Torreblanca; en cualquier caso muy cerca de Los Boliches. Concretamente en el número 107 del Paseo marítimo Rey de España.
Normalmente, los chiringuitos de playa, no tienen los precios más baratos entre los restaurantes de Fuengirola, pero tampoco los más caros. Digamos que tienen precios medios y que hay que pagar unos céntimos más por el lujazo de comer en la playa, viendo y casi tocando el mar.
El letrero luminoso de arriba, en esta foto ha salido un poco borroso, pero basta que nos acerquemos para que veamos que está muy bien hecho. Para nuestro gusto es bonito:
Nuestro sistema visual siempre tiene problemas con los azules. Las lentes de nuestros ojos no están bien preparadas para enfocar luces de ese color; por eso siempre que hay letreros azules los vemos borrosos. Por eso, es un error de «señalética» poner letreros fluorescentes en azul, pero hay muchos que lo hacen. Martín Playa es uno de ellos y el resultado es este:
Como muy bien han visto, tiene una terraza que da al mar y unas cuantas mesas que dan al paseo marítimo. También tiene un espacio interior con este aspecto:
Pero dejémonos del edificio y vayamos a lo más importante en un restaurante: la comida.
Una de las cosas que más llama la atención es la «barca» metálica en la que asan los pescados y hacen los famosos espetos de sardinas.
Cuentan, y yo no soy quien para contradecirles, que la ventaja del espeto sobre la parrilla, lo que hace que las sardinas tengan un sabor estupendo hay que verla en dos motivos: 1) el combustible utilizado. 2) que la grasa que desprenden las sardinas de arriba cae hacia abajo e impregna las que están allí.
Yo no sé si eso será cierto o no, pero lo que sí se es que las sardinas «al espeto» están riquísimas.
Yo creo que una de las claves de su magnífico sabor es que están recién pescadas:
Lo primero que hicimos fue pedir las bebidas:
Como aperitivo nos sirvieron unas aceitunas con un aspecto visual excelente:
A continuación pedimos algunas cosillas. Por ejemplo, unos espaguetis con gambas:
Después algo tan simple como unos huevos fritos con patatas. Pero fíjense qué pinta tienen:
Nos trajeron unas raciones de pan:
Y después llegó el plato fuerte, la razón por la que habíamos ido allí: los espetos de sardinas.
Solo un comentario: ¡Deliciosas!
ATENCIÓN
Los camareros siempre se comportaron muy profesionalmente.
PRECIO
Es muy difícil hablar de precios pues cada uno de nosotros tiene una sensibilidad distinta. En Tripadvisor hemos visto algunos comentarios quejándose de que los precios de Martín Playa eran muy elevados. Nosotros no lo creemos así. Tal como ya hemos dicho más arriba, buscando, se pueden encontrar restaurantes en Fuengirola un poco más baratos; pero el comer en la playa con olor a mar también merece un suplemento.
En cualquier caso, les reproducimos la factura y ustedes mismos deciden:
En el País Vasco, de donde venimos, las cañas de cerveza son más caras que una copa de vino tinto de Rioja del año, ¿Por qué en Fuengirola ocurre lo contrario?
UBICACIÓN
Paseo Marítimo Rey de España 107. Playa Las Gaviotas.
Tel. de reservas: 952 66 05 09
WIFI
Tienen Wifi gratuito para los clientes. Este es el letrero que pueden ver en las paredes del chiringuito:
Aprovechamos la ocasión para decir que no entendemos lo que dicen algunos de los sitios a los que vamos regularmente. En uno de ellos nos dicen que no han puesto Wifi porque la gente se tiraría allí horas consumiendo tan solo una caña. Entiendo el problema, pero creo que la solución puede ser otra que la de quitar el Wifi. Recuerdo que hace años, en el McDonald de Wall Street en Nueva York había letreros que decían que en cuanto hubieras acabado tu comida tenías que irte. No me parece lo más interesante, pues nosotros hemos pasado ratos muy agradables de tertulia en El Gijón, en el Lyon o e las Cuevas de Sésamo en Madrid. Parte del atractivo era ese: estar toda la tarde con un café. En las cuevas de Sésamo en vez de café era una botella de amontillado. Pero entiendo el problema del empresario y entiendo que obligue a tomar algo de vez en cuando; pero cancelar el servicio a todos los clientes me parece un error. Lo mismo que otra cosa que hemos visto, solo encienden el Wifi hasta las siete de la tarde. La filosofía es la misma. A partir de esa hora hay muchos clientes y no quieren las mesas ocupadas. Lo entiendo, pero cortar el Wifi a TODOS no me parece la solución.
Por suerte, en Martín Playa puedes estar todo el tiempo que quieras conectado a su Wifi.
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Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con